“Dios bendiga a Trump”. Es la frase con la que el propietario de la empresa Kinky S Dolls, describe, evidentemente alegre, la permisibilidad con la que su empresa comenzará operaciones en Houston, Texas, tras conseguir el aval para instalar el primer burdel de muñecas sexuales robots.

Yuval Gavriel, agregó que “Estados Unidos es un mercado más grande y un mercado más saludable”, por eso planea abrir, de aquí a finales del 2020, al menos 10 tiendas más, en otros estados de la Unión Americana. Así lo consigna Mirror desde Reino Unido.

Por lo pronto, su burdel está casi listo para operar en Houston y en este, ofrecerá a sus mejores ejemplares robots, para brindar una experiencia que él denomina placentera en los clientes, tratando de convencerlos así, que se lleven un modelo a casa por la suma de 2.500 dólares.

El sitio web de la empresa lo anuncia también: “Ofrecemos un servicio único para aquellos que buscan compañía. Nuestro objetivo Love Dolls es proporcionar un placer intenso”.

Kinky S Dolls | Sitio Web
Kinky S Dolls | Sitio Web

En su estrategia de marketing, se encuentra ofrecer muñecas sexuales que reaccionan al tacto y tienen respuestas vocales, mientras que las versiones más caras, pueden entablar conversaciones.

Esta empresa tiene su centro de operaciones en Toronto, Canadá y desde ahí, tienen precios que son divulgados sin reparos, para atraer a potenciales clientes.

Por ejemplo: los clientes pueden pagar 22 dólares por 30 minutos de “placer intenso”, 92 dólares por una hora, ó 158 por una sesión de dos horas. Llevarla un rato a “casa” u otro lugar, cuesta casi 200 dólares por una hora y 307, una hora más.

Desinfección al máximo y otros cuidados higiénicos, son una promesa sanitaria para que los clientes se sientan confiados a futuro, al menos, esa el la oferta de la empresa Kinky S Dolls.

Kinky S Dolls
Kinky S Dolls

“¿Qué sigue, robots infantiles?”

Pero si la empresa pionera de estos burdeles en EEUU, tiene la venia de la administración Trump y el sistema local para operar, está maniobrando un creciente rechazo de los grupos sociales y sobre todo religiosos en Houston.

Elijah Rising, es una organización, cuyo objetivo es erradicar el tráfico sexual a través de la oración y la restauración, previa conciencia humana e intervenida por la fe.

No han dudado en acudir a los medios de comunicación para rechazar públicamente la instalación de los prostíbulos con las muñecas sexuales robots.

Micah Gamboa, representa la lucha religiosa por impedir su operación y nuevas sedes.

“Nuestra mayor preocupación es que este burdel sexual con robots va a entrenar a los hombres para convertirse en violadores”, asegura. “¿Qué sigue? ¿robots infantiles? ¿Dónde está la línea? ¿Dónde está el límite?”, continúa, en declaraciones a ABC 13.

Hay una petición de firma, impulsada por el grupo, que ha recolectado cerca de 6 mil rúbricas, para pedir que no funcione este prostíbulo robótico en la ciudad.

“Como una organización sin fines de lucro, cuya misión es acabar con el tráfico sexual, hemos visto la progresión de los compradores de sexo y pornografía a los clubes de striptease: los burdeles robot finalmente dañará a los hombres, su comprensión de la sexualidad saludable y aumentarán la demanda para la prostitución y la explotación sexual de mujeres y niños “.

Kinky S Dolls | Sitio Web
Kinky S Dolls | Sitio Web

Otros testimonios de residentes en barrios cercanos ,donde operará el prostíbulo de muñecas robots de Kimky S Dolls, apoyan la medida de la organización religiosa, sin ocultar el escándalo que para ellos significa la instalación de este centro.

“Aquí hay escuelas y vecindarios. Tener algo así aquí es simplemente asqueroso”, declaró Una dueña de casa, identificada como Andrea Paul.

Sin embargo, la carta de la empresa viene en permisos del estado para operar. Así lo reafirmaron autoridades de Houston: “No está clasificado como un negocio de orientación sexual porque no cumple con la definición, lo que significa que solo debe requerir un permiso de ocupación para operar.

Lo anterior no ha caído en gracia a los activistas religiosos, que siguen en franca recolección de firmas para intentar detener el burdel de las muñecas robots, que ya está despertando curiosidad a nivel mundial, debido a su oposición en territorio estadounidense.

No es el único país donde se han presentado quejas. En Canadá, donde opera la matriz de la empresa precursora de estos prostíbulos, la comunidad de ciudades como Toronto, también libran su propia lucha en rechazo a estos negocios.

“Al principio pensé que era una broma”, aseguró a TorontoSun, Carla Amodio, residente en el lugar, luego de los carteles colocados hasta en árboles para anunciar un burdel robótico sexual.

“Estaba asqueado por ellos y entonces, los quité. Tenemos una página de Facebook compartida en nuestro vecindario y todos quedaron consternados por esto “, asegura la mujer, quien lidera la iniciativa en esa localidad canadiense, en rechazo a este prostíbulo.

Toronto Sun
Toronto Sun