Al menos 2.377 personas han muerto desde el golpe en manos de las fuerzas de seguridad, que han disparado a matar contra manifestantes pacíficos y desarmados, según la oenegé birmana Asociación para la Asistencia de Presos Políticos.

El gobierno paralelo de Birmania denunció este lunes un ataque aéreo perpetrado la víspera por la junta militar durante un festival de música celebrado en el norte del país.

Este terrible hecho dejó “numerosos” muertos, entre ellos “algunos artistas y muchos civiles”.

Según expresó en un comunicado el Gobierno de Unidad Nacional de Birmania (NUG, en inglés), cuatro aviones de combate del ejército birmano “bombardearon y atacaron el concierto de música” que se celebraba la noche del domingo.

Lo anterior, para conmemorar el 62 aniversario de la fundación de la rebelde Organización para la Independencia de Kachin (KIO), en una región controlada por una guerrilla de la etnia kachin.

“El ejército terrorista ha cometido deliberadamente otro asesinato en masa con bombardeos aéreos. Esto, al tener como objetivo el público de un gran concierto”, señaló el gobierno paralelo.

El anterior, formado en su mayoría por antiguos miembros de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido de la líder depuesta Aung San Suu Kyi.

Según los reportes de diferentes medios locales, el balance de víctimas mortales varía entre 30 y 50, la mayoría civiles.

El portal de noticias Kachin News señaló además que hay más de un centenar de heridos, que no está recibiendo asistencia porque los militares mantienen cercada la zona.

Un vídeo publicado por este medio muestra los grandes destrozos provocados en varias edificaciones por el ataque aéreo.

Terror en Birmania

El Ejército terminó con la incipiente democracia en Birmania mediante un golpe de Estado el 1 de febrero de 2021.

Se trata de grupos armados que recurren habitualmente a los ataque aéreos para castigar a los opositores del régimen militar.

El 16 de septiembre, un bombardeo aéreo desde helicópteros del Ejército que afectó a una escuela, dentro de un monasterio budista.

El posterior asalto por tierra dejó al menos once niños muertos en la región noroccidental de Sagaing.

El golpe de Estado militar ha sumido a Birmania en una profunda crisis política, social y económica.

Además, abrió una espiral de violencia con nuevas milicias civiles que ha exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas.