Fuertes inundaciones causaron la muerte esta semana de al menos 56 personas en China, luego de que en tres días cayera lo equivalente a un año de lluvia. Tras la devastación, comenzó el proceso de rehabilitación de Zhengzhou, la capital de la provincia central de Henan, duramente golpeada por el fenómeno.

Cinco grandes tubos han sido sumergidos en un túnel y alrededor se han colocado tres camiones de bombeo. No había llovido tanto desde al menos un siglo.

Los transeuntes que pasan en frente de esta operación de extracción lo hacen con botas de goma.

Zhengzhou se vio muy afectada, hasta el punto de que un vagón de metro quedó sumergido el martes, matando a 12 personas.

Entre quienes observan las operaciones se encuentra una señora de edad. Lleva tres días sin agua corriente, electricidad o Internet y aún no se ha recuperado de las fuertes lluvias del martes 20 de julio.

“Nos llegaba el agua hasta las rodillas. Todos los autos y cuatro autobuses quedaron sumergidos. Estábamos muy asustados. La lluvia era tan intensa que en diez minutos el túnel estaba lleno de agua”, cuenta.

Las condiciones meteorológicas obligaron a evacuar a más de 395.000 personas y causaron daños por más de 65.500 millones de yuanes (10.000 millones de dólares, 8.500 millones de euros), anunciaron las autoridades municipales este viernes.

Las aceras y la calzada siguen cubiertas de barro, dándole un aspecto casi lunar. Una vecina que echa un vistazo al túnel expresa su preocupación: “Puede que haya muerto gente ahí abajo. Gente atrapada en sus coches. Están removiendo el agua, ya veremos”, dice.

El último balance de las autoridades locales es de 56 muertos en las inundaciones de Zhengzhou, la capital de Henan. Ocho personas siguen desaparecidas.

Solidaridad de provincias vecinas

Un convoy de grúas pasa por el sector, entre ellas hay muchas matrículas de otras provincias. “Hubei, Shanxi, Shandong, Hunan y Shannxi, al igual que el virus en Wuhan, la ayuda llegó de todas partes, todas las provincias vecinas vinieron a apoyarnos”, explica un transeúnte.

La solidaridad se manifiesta también en las redes sociales, con un ejército de voluntarios, sobre todo jóvenes, que buscan ayudar a las víctimas.