La operación de evacuación de doce niños y de su entrenador de fútbol, atrapados en una cueva inundada de Tailandia desde hace 15 días, empezó el domingo, tras haber sido aplazada durante varios días a causa de unos riesgos demasiado importantes, pues gran parte del trayecto se debía realizar buceando.

“Hoy es el gran día… Los niños están preparados para afrontar todos los desafíos”, declaró Narongsak Osottanakorn, jefe de la célula de crisis, en una rueda de prensa organizada lejos del área de la cueva.

“El primero debería salir hacia las 21:00 horas (10:00 horas de Chile)”, precisó este responsable, que también es gobernador de la provincia de Chinag Rai, y anunció que “trece especialistas de nivel mundial llegados de países con experiencia” en espeleología se encaminaban hacia los chicos.

De momento, un buzo experimentado necesita once horas para un trayecto de ida y vuelta hasta los niños, seis de ida y cinco de vuelta, gracias a la corriente.

El recorrido hasta la zona en la que están bloqueados es de varios kilómetros y tiene algunos tramos angostos y otros que se tienen que realizar bajo el agua.

La muerte de un exbuzo de la marina tailandesa el viernes durante una operación de abastecimiento ilustró el nivel de riesgo del trayecto.

Además, una buena parte de los niños, de entre 11 y 16 años, no saben nadar y ninguno ha practicado submarinismo.

“Condiciones perfectas”

La célula de crisis considera que las condiciones actuales para una evacuación son “perfectas”, especialmente en lo relativo al nivel del agua en la cueva.

Los socorristas mandaron evacuar el domingo por la mañana el área de la cueva tailandesa en la que los niños y su entrenador se quedaron atrapados para despejar el lugar y “ayudar a las víctimas”.

El jefe de la célula de crisis, advirtió el viernes por la noche que el aflujo de medios a esta zona montañosa de selva tropical suponía un problema.

Los niños se vieron sorprendidos por una subida del nivel del agua el 23 de junio en esta cueva del norte de Tailandia, en la frontera con Birmania y Laos.

Los servicios de socorro estudiaban desde hacía días la conveniencia o no de llevar a cabo una evacuación peligrosa, pues las lluvias del monzón que se espera que caigan próximamente podrían arruinar los esfuerzos continuos de los últimos días para bombear agua de la cueva.

Salir antes de la lluvia

Los servicios de rescate lograron estabilizar los niveles de oxígeno insertando una tubería de varios kilómetros para hacer llegar este gas a la zona en la que los chicos están arrinconados.

Pero las lluvias que podrían llegar en los próximos días podrían reducir una buena parte del saliente fangoso en el que se refugia el grupo.

El sábado por la noche cayó un intenso aguacero durante una media hora que recordó la urgencia de evacuar a los niños.

Fue a causa de las lluvias del monzón que los niños quedaron atrapados tras haber decidido, por una razón que todavía no está clara, visitar la cueva tras su entrenamiento de fútbol, con el joven entrenador, de 25 años.

Como alternativa a la evacuación por buceo, los equipos realizaron unas 100 perforaciones verticales en la montaña. Algunas de ellas son poco profundas, pero una tiene unos 400 metros de profundidad. El domingo por la mañana no se anunció ninguna perforación de ese tipo.