El número de deserciones de norcoreanos -menos de un centenar al mes- cayó en 2017 a su nivel mínimo en 15 años, ante el refuerzo de los controles por Pyongyang y Pekín, anunció este viernes Corea del Sur.

En total, 1.127 norcoreanos lograron acceder al Sur el año pasado, un 21% menos que en 2016 y un mínimo desde 2001, precisó el Ministerio surcoreano de Unificación.

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La gran mayoría de estos norcoreanos, que huyen de las penurias en su país, sometido a unas sanciones cada vez más duras del Consejo de Seguridad de la ONU, transitan por China, donde suelen permanecer varios años antes de llegar a un tercer país (generalmente del sudes asiático o Corea del Sur).

“Esta caída en las llegadas es extremadamente preocupante, porque no es que la vida se haya vuelto mucho mejor en Corea del Norte”, advirtió Sokeel Park, de Liberty in North Korea, que ayuda a los desertores a llegar al Sur.

“Es porque las autoridades chinas, al tiempo que apoyan más sanciones a la economía norcoreana, también aumentan sus severas medidas contra los refugiados norcoreanos”, apuntó.

Pyongyang comenzó a reforzar el segundo semestre de 2015 sus controles fronterizos, aumentando el número de efectivos de las fuerzas de seguridad y estableciendo vallas electrificadas para disuadir a los ciudadanos norcoreanos que quieren llegar a China.

Además, “China reforzó drásticamente la persecución a los fugitivos norcoreanos, repatriándolos de forma irresponsable cuando los encuentra”, declaró a la AFP Seo Jae-Pyong, de la Asociación de Desertores Norcoreanos.

En consecuencia, desaparecieron muchas de las redes de traficantes de personas que organizan la huida de norcoreanos hacia el Sur a través de China o del sudesteste asiático.

Más de 31.000 norcoreanos pasaron al Sur desde 1949, año de la proclamación de dos Estados en la península de Corea, según un recuento a finales de diciembre.

El máximo anual se registró en 2009, con 2.914 deserciones.

En 2017, la inmensa mayoría (83%) de las personas que cruzaron la frontera a Corea del Sur fueron mujeres. Para ellas es más fácil partir ya que todos los hombres tienen trabajo, lo que facilita que se detecte su ausencia.