El triunfo del peronista Sergio Massa en primera vuelta presidencial de Argentina abre varias interrogantes y, al mismo tiempo, causa cierta tranquilidad en el escenario político argentino, dado que Javier Milei tiene muchos seguidores fieles, pero también detractores y un porcentaje de la población que derechamente le teme a su motosierra. El próximo 19 de noviembre se enfrentan estos dos políticos en un importantísimo balotaje.

Sergio Massa dio la gran sorpresa de la noche. El candidato oficialista a la Presidencia de Argentina salió victorioso de la primera vuelta de las elecciones presidenciales con el 36.68% de los votos, superando a su rival libertario Javier Milei, quien era el “favorito” según las encuestas.

A nivel técnico se trata de algo insólito, ya que Massa es el ministro de Economía en un país que tiene un 138% de inflación interanual, siendo uno de los peores índices del mundo en esta materia.

Con los resultados de la primera vuelta de este domingo, Massa se convirtió en el líder virtual del peronismo, desplazando incluso a Cristina Fernández, quien no deja de hacer política.

A pesar de su historia marcada por cambios de lealtad, Massa logró resistir y ahora está más cerca de la presidencia que siempre buscó, incluso pese a la crisis económica que azota a Argentina.

Lo cierto es que el abogado de 51 años se enfrentará este próximo domingo 19 de noviembre contra el economista libertario Y es frente a este escenario que surge la duda de cómo Massa logró “hacer lo imposible”, dándole la vuelta por completo a lo que marcaban las encuestas.

Justamente, la clave del éxito de Massa -dicen los analistas- es que logró unificar el voto del peronismo sumando el terror que generó en gran parte de la población la motosierra de Milei.

“El voto peronista es un voto sólido. Aunque está debajo de su piso histórico es un piso que resiste”, explica a BBC Mundo el sociólogo y politólogo Marcos Novaro, director el Centro de Investigaciones Políticas (Cipol).

¿Síndrome de Estocolmo?. No, se llama miedo

“A Argentina le gusta que se lo sigan jodiendo. El síndrome de Estocolmo en Argentina se llama Peronismo”, reza uno de los miles de mensajes de inconformidad con los que los usuarios libertarios plagaron las redes sociales.

Paradójicamente, la mayoría de los argentinos, que sufren la crisis económica, eligieron al ministro de Economía que fracasó hasta ahora en gestionarla.

¿Cómo se explica este fenómeno?

“Massa encarna, al mismo tiempo, cambio y continuidad, además de moderación, frente a la desmesura de Milei”, observa Pablo Semán, investigador del CONICET y docente de la Universidad de San Martín.

“La gente no lo ve como a un candidato de Unión por la Patria, no lo ve necesariamente como a un kirchnerista, ni ve en él a Cristina Kirchner”, subrayó en conversación con nuestro medio asociado Deutsche Welle.

“Con un gobierno complicado, con una inflación galopante y el dólar por las nubes, es realmente un milagro lo que ha logrado Sergio Massa. Consiguió no solo entrar al balotaje, sino quedar como el mejor posicionado”, señaló Jaime Rosenberg, periodista político del diario La Nación.

La aparición en el escenario político de Milei suscitó temores en muchos argentinos, no solo a sus propuestas extremas, sino también a sus afirmaciones sobre cortar relaciones con China y Brasil.

Muchos temían que, de ganar, pudiera producirse una corrida cambiaria y otra crisis como la de 2001, sumada al aislamiento internacional de Argentina.

Campaña libertaria versus campaña peronista

Respecto de esto es que BioBioChile se comunicó con Samuel Fernández Illanes, profesor titular de Derecho Internacional de la Universidad Central y ex embajador, quien destacó la campaña hecha por Massa y aseveró que “Milei debería dejar de lado la motosierra y ser menos rockero”.

“Desde el punto de vista técnico o racional, resulta verdaderamente insólito (que Massa haya ganado). Porque cualquier ministro de Economía, de cualquier país, que estuviera en esta situación hubiera sido cambiado por el gobierno de turno”, destacó.

“Esto pasa en cualquier lado. Sin embargo, en Argentina no ocurre por varias razones”, agregó.

“La primera es porque no había otro candidato. Realmente esto zanjó una pugna interna de los distintos aspectos del kirchnerismo y al parecer Cristina fue la que colocó a Massa y el presidente lo tuvo que aceptar”, detalló.

Y agregó: “El sistema para ganar la elección fue muy claro. Yo lo pongo en simple. Fue una motosierra -ya sabemos de a quién corresponde- versus un estado de bienestar.

Dejar la motosierra de lado y ser más analista

Al final de la campaña peronista “se dieron más bonos, más préstamos sin intereses, una serie de facilidades” y todo ello les colocó en definitiva “más dinero en los lugares que necesitaban para marcar la diferencia”.

En contraparte estaba Milei, quien tras los resultados positivos de las primarias PASO “no cambió su discurso y peleó con Massa, como era de esperarse, pero además peleó contra Bullrich”.

Todo esto, mientras que Massa “se limitó a pasar más plata, decir que iba a haber cambio y a hacerse responsable de la crisis económica”.

“Ante la incógnita y ante el miedo, al final en la elección se priorizó la estabilidad gubernativa, en donde Milei salió desfavorecido. Milei se quedó con el cambio, se quedó con la transformación profunda y con un programa muy radical. Al final la gente pensó en el corto plazo”, detalló el experto.

“El error de Milei es querer gobernar con una motosierra y además, atacó al adversario equivocado”, sentenció.

“En este momento es difícil que logre remontar y volver a ser el primero. A menos que haya un programa más serio, deje la motosierra guardada en el cajón, se ponga menos rockero y que sea más estadista”, finalizó el docente de la Universidad Central.