El senador Marcos do Val, del conservador partido Podemos, aseguró que el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro buscó convencerle para dar un golpe de Estado, aprovechando su experiencia militar, anunciado posteriormente que dejará su cargo, poco después de la toma de posesión del Congreso.

El senador brasileño Marcos do Val, quien era próximo del expresidente Jair Bolsonaro, acusó este jueves al exmandatario de intentar convencerlo para dar un golpe de Estado y no reconocer la victoria en las elecciones de Luiz Inácio Lula da Silva.

“Me enfada cuando me llamaban de bolsonarista. Ustedes esperen que voy a lanzar una ‘bomba’. El viernes saldrá en la (revista) Veja el intento de Bolsonaro de convencerme para dar un golpe de Estado con él”, declaró el senador en un vídeo a través de las redes sociales.

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El legislador del partido Podemos, de centroderecha, manifestó que se negó al pedido de Bolsonaro y por eso decidió denunciarlo.

Después, en otro mensaje a través de sus redes, Do Val anunció que está dejando “definitivamente la política” y renunciará al mandato de senador que tiene hasta 2026 por razones familiares y de salud después de “cuatro años de dedicación exclusiva” y un principio de infarto.

“Perdí la convivencia con mi familia, en especial con mi hija. No valió la pena ser transparente, honesto y luchar por un Brasil mejor y sin los ataques y las ofensas que siguen ocurriendo”, apuntó el senador, quien adelantó que retornará a Estados Unidos, donde vivía.

“Las ofensas que vengo recibiendo están pesando mucho sobre mi familia. Que Dios conforte los corazones de todos mis electores. Perdonen, pero mi tiempo, mi salud, y hasta mi salud, y no dan más de sí”, se despidió Do Val.

Bolsonaro, investigado en caso por intento de golpe de Estado

La declaración del congresista se dio después de los 513 diputados y un tercio de los senadores elegidos en octubre tomasen posesión de sus escaños y de la victoria de Lula al conseguir reelegir en la presidencia del Senado a su aliado Rodrigo Pacheco.

Bolsonaro, que está en Estados Unidos sin previsión de regreso a Brasil, no ha reconocido hasta ahora la victoria de Lula en la segunda vuelta electoral de octubre y es investigado en el caso de los actos golpistas del pasado 8 de enero en Brasilia.

Ese día, miles de bolsonaristas que estaban acampados desde hacía más de dos meses frente a los cuarteles del Ejército pidiendo una intervención militar para derrocar a Lula invadieron y destruyeron las sedes de los tres poderes.

Más de 1.800 personas fueron detenidas en los actos antidemocráticos y un tercio permanece arrestada por orden de la Corte Suprema.