El PT todavía puede presentar sus alegaciones a la Justicia Electoral.

El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil considera “irregularidad grave” por parte del Partido de los Trabajadores (PT) del presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, no haber notificado dentro del plazo fijado por ley la donación de 660.000 reales (casi 124 mil dólares, 110.3 millones de pesos chilenos) durante la campaña.

Según este informe elaborado por un equipo técnico del TSE, la donación, hecha por el empresario José Seripieri -fundador de la aseguradora médica Qualicorp-, no habría sido notificada por el PT en el plazo previsto en la ley, antes de 72 horas desde su ingreso en las cuentas del partido.

Así, de acuerdo con la investigación de la Asesoría de Control de Cuentas Electorales y Partidarias (Asepa), el PT no habría respetado los plazos ya que la donación se realizó el 27 de septiembre, pero el TSE no recibió noticia de ello hasta el 3 de octubre, un día después de la primera vuelta de las elecciones y seis más del plazo establecido.

La Asepa también destaca que esa es la única donación, entre las varias de personas físicas y jurídicas que ha recibido el PT en campaña, que no se ha notificado de manera correcta, cuenta el diario O Globo.

“Es importante aclarar que el objetivo de esta norma es permitir el conocimiento anticipado de los recursos disponibles, con el fin de proteger el control social con la transparencia de las informaciones financieras de campaña”, explica la Asepa en su informe.

Varios son los partidos que han protestado por la actuación “exagerada” de la Asepa en estos casos y es por ello que la Cámara ya aprobó una propuesta de ley para un Código Electoral en el que las fuerzas políticas pueden contratar empresas de consultoría, avaladas por el TSE, para fiscalizar sus propias cuentas.

En lo que respecta al donante, Seripieri fue el segundo mayor individual de Lula en estas elecciones. A los 660.000 reales dados al PT se suman otros 500.000 reales (93.700 dólares, 83.7 millones de pesos chilenos) para la campaña del presidente electo.

Este empresario, quien pasó cuatro días en la cárcel en 2020 por sospechas de pagos irregulares a la campaña del entonces senador del PSDB José Serra, es dueño del avión con el que Lula viajó a Egipto para asistir a la cumbre climática de Naciones Unidas (COP27).