El asalto en motocicleta en Argentina, ha cobrado notoriedad en las últimas semanas, generando titulares en la prensa del vecino país.

No es para menos. Las acciones y consecuencias que está dejando este modus operandi son hasta trágicas.

Por mencionar uno de esos casos: el de María Rosa Daglio, de 56 años, quien murió de un paro cardiaco momentos después de ser asaltada por un individuo en motocicleta en el barrio bonaerense Ramos Mejía.

Una cámara de videovigilancia mostró el asalto en progreso y sus resultados.

No es el único caso emblemático qué mencionar.

El pasado fin de semana, un policía de Moreno, ciudad cabecera del partido (municipio) homónimo en la provincia de Buenos Aires, se enfrentó a balazos con unos motochorros que lo intentaron asaltar afuera de su vivienda.

La agencia de noticias Télam informó del hecho, en el que detallan que el subteniente Gabriel Quiroga, de 41 años, fue atacado cuando intentaba sacar su arma de fuego. Cayó al suelo y logró herir en la mano a uno de los dos motochorros, pero en el forcejeo, uno de ellos le asestó dos impactos de bala en el pecho. No le robaron nada, pero al llegar la ambulancia, le habían arrebatado la vida tras el intercambio de disparos.

En otra historia, que afortunadamente no dejó víctimas fatales, un niño, de tan solo dos años, fue momentáneamente abandonado luego que su madre, su abuela y una amiga de estas, lo dejaran en plena calle, en la capital argentina.

Las mujeres fueron sorprendidas por dos sujetos, también en motocicleta, que intentaron robarles sus pertenencias. No pudieron, pero el niño quedó sin protección alguna en la vereda ya que, debido del susto, las adultas que lo acompañaban corrieron despavoridas.

“(Sólo) atiné a correr”, reconoció la mamá del menor de edad, horas después que la videovigilancia revelara el suceso. La crítica fue contra la mujer, pero quedaba suelto otro cabo importante: la forma de operar de los delincuentes que hasta se suben de a tres en una motocicleta, con tal de delinquir.

Ya en 2018, los delitos de los denominados “motochorros” subían un 10% en Buenos Aires, según reportes oficiales locales replicados por Infobae. Lo anterior, comparado con los años 2016 y 2017.

Para noviembre del 2020, y en plena pandemia, las estadísticas ya hablaban de un incremento del 25.3% de los robos con violencia, protagonizados por delincuentes a bordo de motocicletas.

A nivel nacional, no se tienen estadísticas claras de cuánto está operando el crimen en dos ruedas, pero lo ocurrido tanto en la capital argentina, como en la provincia de Buenos Aires, da una idea de lo preocupante que se está tornando este modus operandi, quien tiene como hechores a delincuentes que aún son adolescentes pero ya están más que iniciados en el mundo delictivo.

El Polaquito: 15 años y un prontuario como “motochorro”

La escuela del delito está en las calles, sobre todo en la de los barrios socialmente más olvidados de los sistemas, donde los jóvenes aprenden de los adultos, quienes sirven de entrenadores en el mundo delictual.

En medios argentinos como TN, se escribe ampliamente de un adolescente de tan solo 15 años, apodado “El Polaquito”, quien recientemente se vio envuelto en una compleja situación que terminó en desventaja para él y sus planes de asalto en una motocicleta.

Su prontuario se remonta a hace varios años. En 2017, su historia fue retomada en el medio La Vanguardia. Era el niño, de tan solo 12 años, que en su natal Lanús (Provincia de Buenos Aires) ya había matado y cometido robos a su corta edad.

En una ocasión le disparó a otro supuesto ladrón con quien salió a atracar una camioneta. Le dio menos de la mitad de lo acordado y por eso su reacción: “Me quiso cagar con la plata”.

PPT / La Vanguardia / Argentina

“No, no tengo miedo a nada”, decía a las cámaras de un programa denominado Periodismo para todos. Lo identificaban, además, como uno de los participantes en el robo a un jardín de infantes en la localidad antes mencionada.

“El Polaquito” consume drogas desde niño. “Yo fumo porros, con merca nevada. No te deja duro, te deja re loco, re mambeado”, dijo.

Una pistola 9 milímetros era su asistente en los asaltos: “Es una Bersa Thunder, con regulación automática, para que no te tire para atrás”, sostenía como todo un experto en el delito.

4 años más tarde, sigue engrosando su lista delictual. Las autoridades de Lanús, tienen claridad de lo que es capaz de llegar a hacer.

“Otra vez el Polaquito. Otra vez a los tiros. Esta vez terminó con un balazo en la pantorrilla. Tiene 15 años y uno de los prontuarios más aterradores del Conurbano: la Justicia no lo encierra y se lo devuelve una y otra vez al mismo entorno que lo empuja a delinquir”, escribió en su cuenta de Twitter, Diego Kravetz, jefe de gabinete de Lanús.

Recientemente, intentó asaltar a un policía local, enfrentándose a tiros con este. Recibió, durante el intercambio, un impacto de bala en una pierna.

Hasta el cierre de esta nota, El Polaquito se encontraba internado en un hospital de Lanús, bajo custodia policial.

Kravetz, quien describió el prontuario de este adolescente como “Uno de los más aterradores”, auguró lo que se viene, por la edad del reincidente y las leyes que rigen sobre la conducta de los menores de edad en Argentina.

“Ahora, cuando se cure, el juez lo va a volver a mandar con la familia, al mismo barrio, con el mismo círculo siniestro, hasta que mate a alguien o lo maten a él, y entonces sí, escucharemos asombrados que nos explican por qué pasó”.

En tanto el joven se recupera y el crimen continúa en las calles, una petición colectiva ronda la escena social, tratando de generar un cambio, debido a lo que se consideran leyes deficientes ante el accionar delictivo en el país trasandino.

“La inseguridad es hoy en nuestro país un fenómeno que azota a todos los argentinos, no encontrando por parte del gobierno la respuesta necesaria para combatirla. Es posible encontrar falencias en la legislación”, sostiene la misiva que busca respaldo popular para elevarla a instancias superiores de reforma: el congreso.

“¿Sabías que si la policía atrapa a un delincuente que está conduciendo un auto robado no se acusa de robo sino de ENCUBRIR el robo, que tiene una pena menor y sale inmediatamente de la comisaría? ¿Sabías también que si la policía detiene a un delincuente que está portando una réplica de armas de fuego lo tienen que LIBERAR inmediatamente porque no constituye delito está portación? Hoy 3 de cada 10 delitos son cometidos con réplicas de arma de fuego”.

Mientras el debate está instalado, la situación de “El Polaquito”, de otros jóvenes subiendo a motocicletas para asaltar y de adultos que han traspasado esa forma de asalto a nuevas generaciones, continúa preocupando a una sociedad, cercana a la chilena, donde ya en 2018 se presentaron casos similares, como la muerte del sargento primero Raúl Alfredo Yáñez Muñoz quien colisionó mientras daba persecución a motochorros en el paso bajo nivel de Carmen con la Alameda, en Santiago.

Otro caso en Chile es el ocurrido en mayo pasado, cuando dos asaltantes en motocicletas atracaron a un equipo médico en Pudahuel, llevándose su auto a punta de pistola. En el interior de la unidad iban medicamentos contra enfermedades crónicas.

Uno de los presuntos delincuentes fue apresado horas después del ilícito. Se trata de un delito que para 2018 ya registraba 748 denuncias, 192 en Santiago. Es decir, el 25,6% del país.