Una mujer transexual murió este jueves por el disparo de un soldado cuando se desplazaba en automóvil con su pareja por una carretera del suroeste de Colombia, en una acción que reconoció y lamentó el ejército.

“¡Me mataron a Juliana!, ese man le pegó un tiro en la cabeza
(…) Ayúdenme, por favor, ¡ayúdenme!”, se escucha gritar al hombre que filma con su celular a la mujer inerte en el asiento de copiloto mientras unos cinco soldados rodean la escena.

El episodio, repudiado por el gobierno colombiano, quedó grabado en un video que se viralizó y coincide con las sangrientas protestas contra la violencia policial que han sacudido Colombia en los últimos días.

Juliana Giraldo, de 35 años, iba en un vehículo junto a su pareja, Francisco Larrañiaga, cuando de repente vieron salir a los soldados al borde de una carretera que comunica los municipios de Miranda y Corinto, en el departamento del Cauca, azotado por la violencia del narcotráfico.

Según la versión de Larrañiaga, uno de los militares abrió fuego contra el auto a pesar de que atendió una orden de detenerse.

“Era lo mejor que me había pasado en la vida y me la quitó el ejército nacional”,
expresó, inconsolable, a la AFP.

En un comunicado, la Tercera División del Ejército dijo que la mujer murió “a causa de un disparo por parte de un integrante” de esa fuerza durante “labores de control”.

El uniformado que abrió fuego quedó “a disposición” de las autoridades que investigan “el lamentable acontecimiento”.

Protestas

En la noche, decenas de personas protestaron frente a un cantón militar en la vecina ciudad de Cali con carteles en los que se leía “asesinos” o “nos están matando”.

Un policía que llegó al sitio fue agredido por los manifestantes,
tras lo cual disparó lo que parecía un arma aunque sin que se reportaran heridos, según un periodista de la AFP.

El presidente Iván Duque condenó en Twitter el “repudiable hecho”. El “responsable debe recibir castigo ejemplar. Solidaridad con familiares de Juliana Giraldo, a quienes brindaremos acompañamiento”, añadió.

El mando militar no ha ofrecido una explicación sobre las circunstancias del presunto homicidio, pero la pareja de la víctima insistió en que no violaron ninguna norma.

“Nosotros criamos pollos, trabajamos con alimentos; nosotros no llevábamos armas, no utilizamos drogas, somos personas trabajadoras, somos personas humildes, somos civiles que no tenemos nada que ver con el conflicto”, añadió a la AFP.

La muerte de Juliana se produjo en un contexto muy sensible para la fuerza pública.

Entre el 9 y 10 de septiembre fallecieron 12 personas, en su mayoría jóvenes alcanzados por proyectiles, en las protestas que siguieron al brutal y mortal castigo que recibió un ciudadano de 43 años a manos de dos uniformados.

Decenas de efectivos están siendo investigados por disparar sus armas contra los manifestantes, según la policía.