Seis meses después de la llegada del coronavirus a Brasil, el país ya llora 120.000 muertes y casi 4 millones de casos. La pandemia está lejos de estar contenida. Y sin embargo, la gente no duda en ir a las playas, como durante este soleado fin de semana.

En medio del invierno austral, los cariocas tomaron las playas por asalto.

Es difícil abrirse paso entre los parasoles de la concurrida playa de Ipanema. Sin embargo, la regla del ayuntamiento es clara: los cariocas pueden ir a nadar o a hacer surf, pero está estrictamente prohibido tomar el sol o quedarse en la arena. En la práctica, esta regla es imposible de aplicar.

Sin embargo, Río es una de las únicas ciudades importantes del país donde el número de víctimas del coronavirus sigue aumentando, y lo está haciendo de forma pronunciada.

En Sao Paulo, se registra el mismo fenómeno. 30°C en invierno, playas concurridas, e incluso enormes atascos de tráfico a lo largo de la costa, como si se tratara de vacaciones de verano.

La situación provocó la reacción del del Secretario de Salud del Estado de Sao Paulo. “La gente cree que la pandemia ha terminado y que la vida ha vuelto a la normalidad: es un grave error”, advirtió Jean Gorinchteyn, mientras que el virus ha estado matando a casi mil personas al día durante los últimos tres meses.