Miles de mineros e indígenas afines al expresidente izquierdista Evo Morales marcharon este martes en la ciudad boliviana de El Alto, vecina a La Paz, y anunciaron un paro nacional en rechazo a la postergación de los comicios generales debido al coronavirus.

La protesta comenzó con una caminata de unas 5.000 personas a lo largo de varios kilómetros por El Alto, bastión electoral de Morales (2006-2019), seguida por un cabildo o asamblea popular donde acordaron iniciar una huelga.

“A partir de hoy día se inicia la huelga general indefinida en los nueve departamentos del país”, declaró ante la multitud el líder de la Central Obrera Boliviana (COB), Carlos Huarachi.

“Vamos a instruir a nuestros ejecutivos nacionales y departamentales a organizarse para coordinar esta huelga general indefinida”, agregó.

Los partidarios de Morales creen que las elecciones fueron postergadas de septiembre para octubre porque su delfín y candidato Luis Arce encabeza los sondeos. Es el segundo aplazamiento en medio de la pandemia, pues la votación estaba originalmente convocada para el 3 de mayo.

Los asistentes a la asamblea, que aplaudieron en señal de aprobación al paro, también demandaron el bloqueo de caminos, una medida aún sin definirse, aunque campesinos en la región de Cochabamba, centro del país, cortaron una neurálgica vía.

Marcha contra el “prorroguismo”

Desde temprano, los manifestantes caminaron por avenidas de El Alto, portando banderas bolivianas rojo, amarillo y verde y la ‘whipala’, el símbolo multicolor de los pueblos aymara y quechua.

Aunque la marcha se desarrolló en forma pacífica, hubo denuncias de que manifestantes agredieron a periodistas y a una ambulancia. Además, quemaron neumáticos y bloquearon la principal ruta entre El Alto y La Paz.

No faltaron fuertes arengas contra el “gobierno prorroguista” de la mandataria transitoria de derecha, Jeanine Áñez, y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que la semana pasada postergó las elecciones del 6 de septiembre al 18 de octubre ante la escalada de la pandemia.

También gritaron “viva el proceso de cambio”, como llaman a los 14 años de gobierno de Morales, quien está refugiado en Argentina desde diciembre de 2019, tras estar asilado un mes en México, luego de dimitir por una fuerte convulsión social en su contra.

“Se tiene que cumplir la fecha de las elecciones del 6 de septiembre”, declaró a Agence France Presse el dirigente minero Lucio Padilla. “No podemos permitir el manipuleo de la derecha y nuestra obligación es defender la democracia”, añadió.

Durante la marcha, algunos mineros hicieron detonar petardos sin causar daños.

Froilán Mamani, dirigente del sindicato campesino Tupac Katari, dijo que el TSE debe retractarse del aplazamiento, pues de no hacerlo “entonces se viene la convulsión social”.

Los manifestantes también criticaron al gobierno interino, al que acusaron de no combatir en forma eficiente la covid-19, que hasta el momento deja más de 71.000 contagios y casi 2.500 fallecidos, en una población de 11 millones.

En las ciudades de Cochabamba (centro) y Cobija (extremo norte) también se realizaron marchas con similares motivos.

“Fecha definitiva”

El presidente del órgano electoral, Salvador Romero, afirmó este martes que la votación de octubre no será adelantada.

“El 18 de octubre es la fecha definitiva de las elecciones en Bolivia, no solamente porque hemos considerado las variables científicas vinculadas con la evolución de la pandemia, sino también porque existe un mandato constitucional”, afirmó Romero, citado por el diario Opinión.

La razón de la prórroga fue la escalada de la pandemia, mientras el gobierno pronostica que el pico se alcanzará entre septiembre y noviembre.

El ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, acusó a Morales y Arce de alentar las marchas cuando el país sufre los embates de la pandemia.

Arce “ha admitido que está detrás de estas movilizaciones, por tanto, a confesión de partes relevo de pruebas, y tendrá que rendir cuentas sobre (la) decisión que ha tomado”, afirmó Núñez.