Las elecciones parlamentarias en Venezuela, que serán boicoteadas por el grueso de la oposición por considerarlas una “farsa”, serán en diciembre próximo y estrenarán un nuevo sistema de repartición de curules, anunciaron este martes las autoridades comiciales sin precisar fecha exacta.

“Debatimos y construimos en forma unánime las normas especiales que regirán las elecciones parlamentarias de este diciembre”, expresó en una declaración transmitida por la televisión estatal la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Indira Alfonzo, quien informó que los escaños de la unicameral Asamblea Nacional subirán de 167 a 277.

Los principales partidos políticos de la oposición boicotearán las votaciones al rechazar la designación por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de la directiva del CNE encabezada por Alfonzo, el pasado 12 de junio.

Esto, luego que la corte, de línea chavista, declarara una “omisión” del Parlamento, la institución que tiene la atribución legal de elegir rectores electorales.

Desde el cargo de jefe del Parlamento, el líder opositor Juan Guaidó reclamó la presidencia encargada de Venezuela en enero de 2019 con respaldo de medio centenar de países, entre ellos Estados Unidos; pero ya desde 2016 el TSJ desconoce cualquier decisión del Legislativo, al que declaró en desacato poco después de que la oposición asumiera la mayoría.

“En las próximas elecciones parlamentarias (para el período) 2021-2026 se incrementa de 167 diputados a 277, lo que representa un incremento del 66%”, indicó Alfonzo, en el cargo desde el 12 de junio.

La funcionaria, una exmagistrada del TSJ sancionada por Canadá, dijo que 86 partidos participarán en los comicios pese al boicot opositor. Son, en su mayoría, organizaciones minoritarias.

“Para farsas no nos vamos a prestar”

El Legislativo, encabezado por Guaidó y único poder en manos de la oposición, acusó al gobierno del presidente Nicolás Maduro de intentar llamar a comicios sin “condiciones mínimas de transparencia”.

“Para farsas no nos vamos a prestar, como no lo hicimos en mayo de 2018”, ratificó más temprano Guaidó, refiriéndose a las últimas elecciones presidenciales, a las que la mayoría de la oposición no acudió denunciando un “fraude”.

A raíz de ello, la mayoría opositora del Parlamento declaró “usurpador” a Maduro, bajo cuya gestión el país con las mayores reservas petroleras del mundo cayó en la peor crisis de su historia contemporánea dando lugar a un éxodo de unos 5 millones de venezolanos, según Naciones Unidas.

Pese al reconocimiento internacional y su promesa de desplazar a Maduro, un año y medio después Guaidó no ha logrado el quiebre del mandatario socialista, quien mantiene el control territorial y de las fuerzas de seguridad.

“La única manera de que este gobierno cambie es que el propio gobierno y la Fuerza Armada decidan que así sea”, dijo a AFP el analista político Jesús Castillo-Molleda.

Se trata de un gobierno que “aprendió a sobrevivir en caos, no hay plan económico, no hay plan financiero, no bajará la inflación, no va a mejorar la calidad de vida, pero el chavismo seguirá en (el palacio presidencial de) Miraflores”, sostuvo.

“Una estocada”

Maduro celebró los anuncios del CNE, asegurando que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ya está “trabajando” con organizaciones aliadas para la designación de candidaturas. “Nos prepararemos para que nazca una nueva Asamblea Nacional”, expresó en un contacto con la televisora oficial VTV.

El gobierno aceita su maquinaria para “terminar de darle una estocada” a la oposición encabezada por Guaidó, dijo a su vez este martes el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Constituyente, órgano cien por ciento oficialista que en la práctica asumió las funciones del Parlamento.

Con la oposición marginada, el oficialismo tiene el camino libre para recuperar el control de la Asamblea Nacional que perdió en diciembre de 2015, cuando sus detractores ganaron 112 de 167 curules del Parlamento, quebrando 15 años de hegemonía chavista.