Perú superó el jueves la barrera de los 1.000 muertos a causa del nuevo coronavirus, que ha contagiado además a más de 36.900 personas en todo el país, según el último reporte oficial del Ministerio de Salud.
La autoridad sanitaria local certificó en su reporte diario del virus el deceso total de 1.051 personas y el contagio de otras 36.976, en su mayoría en Lima y en la región Lambayeque al norte del país.
De esta forma, Perú es el tercer país en número total de muertos en Latinoamérica después de Brasil -con más de 5.000 fallecidos- y México -con 1.732 decesos-.
En las últimas 24 horas, entre el miércoles y jueves, murieron 108 pacientes, una de las cifras más altas hasta la fecha. Los muertos sumaban 943 el miércoles.
La cifra de contagios nuevos también alcanzó su peak en las últimas 24 horas, con 3.045 nuevos casos confirmados.
Perú realizó hasta el 30 de abril pruebas a 318.252 personas por Covid-19.
Lima, donde viven cerca de 10 millones de personas -dos millones al menos sin acceso a servicios de agua y desagüe-, es uno de los epicentros del mortífero virus.
En la capital peruana se registran más de 25.000 casos de Covid-19 y más de 400 muertos.
Las aglomeraciones en zonas populosas de Lima, en mercados de abastos por ejemplo, se han convertido en uno de los mayores focos de contagio por no respetarse las normas de uso de mascarillas y distancia de más de un metro entre las personas.
El caso más notorio ocurrió el miércoles en el mercado Caquetá, del populoso distrito San Martín de Porres, en la zona norte, cuando 163 de sus comerciantes dieron positivo al virus, tras realizarse 842 pruebas rápidas.
Perú está bajo confinamiento domiciliario obligatorio desde el 16 de marzo y se mantendrá así al menos hasta el 10 de mayo.
La medida es parcial, de lunes a sábado, y permite solamente a una persona de cada familia salir a comprar alimentos a las entidades financieras. Los domingos está prohibido salir.
El país cerró sus fronteras y se enclaustró virtualmente para mitigar la propagación del mortífero virus que ha puesto a prueba la capacidad sanitaria nacional, actualmente al límite.
