Mientras la mayor parte de los países han decidido decretar el confinamiento para frenar la propagación del nuevo coronavirus, Nicaragua mantiene sus fronteras abiertas y las actividades públicas. Incluso, el gobierno prohibió una iniciativa de la Iglesia, para informar y atender la pandemia en el norte del país.

Un grupo de médicos benévolos recibirían las llamadas para informar a los cerca de 500.000 habitantes de Matagalpa sobre cómo prevenir el contagio de COVID-19. Otro servicio propuesto en la línea telefónica, era una atención médica a distancia y si era necesario, remitir a las personas sospechosas de tener la enfermedad hacia hospitales públicos.

Esta era sólo la primera fase de un programa humanitario impulsado por la diócesis de esa región semi rural, ubicada en el norte de Nicaragua, para informar, orientar y atender a la población. También incluiría seis Centros de Prevención Médica en todo el departamento de Matagalpa.

Tres horas después de lanzado el proyecto en plena semana santa, el Ministerio de Salud de Nicaragua prohibió su realización.

Monseñor Rolando José Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y promotor del proyecto, explica que “mientras todos los gobiernos de los países del mundo están llamando a los diversos sectores para unificar esfuerzos y poder hacer frente a esta pandemia, en Nicaragua nosotros tomamos esta iniciativa para proponerla a la sociedad, incluyendo por supuesto al gobierno al que hicimos un llamado formal para unirse y trabajar juntos. Pero se nos bloqueó la iniciativa de poder ayudar a que se mitigue el contagio del virus y también a salvar vidas”.

Este líder de la iglesia cuenta que el gobierno le comunicó que “según la ley general de salud del país, no está permitido y se prohíbe este tipo de iniciativas porque estamos ante una pandemia”.

Una decisión que el obispo denuncia: “En realidad pienso que esto lesiona en primer lugar la ley natural que es la preservación de la salud y de la vida, también el derecho a la información que la población tiene para saber qué es lo que realmente está sucediendo, así como también el derecho de la Iglesia a asumir su actitud humanitaria que milenariamente siempre hemos tenido, máxime cuando estamos ante un gobierno que no está cumpliendo las recomendaciones y precauciones que solicita la OMS [Organización Mundial de la Salud]”.

En efecto, “aquí no se ha dado ningún tipo de orientación de aislamiento social o de cuarentena. Hay un secretismo hermético al punto que no sabemos cuántos contagiados verdaderamente hay”, recalca Monseñor Rolando José Álvarez.

Según cifras oficiales, en Nicaragua se registra hasta ahora 6 casos de COVID-19, de los cuales uno murió y dos fueron dados de alta.