El invierno frío, que se calefacciona con estufas en Argentina, esta vez fue arrasador y no perdonó a la inocencia, a la indefensión.

Dos grupos de hermanos dormían adentro de la casa hecha de ladrillo pero también de madera. Eran 4 hijos de la pareja conformada por Jorge Araujo y Marianela Oliva. Los otros tres, de Soledad Suarez, quien hacía dos meses se había mudado con ellos a esa vivienda, tras separarse de su pareja.

En total, eran 7 niños, de entre 4 y 15 años, los que estaban solos en la casa ubicada en Manuel Alberti. Se trata de una localidad situada en el partido del Pilar, provincia de Buenos Aires, a 42 km de la Ciudad de Buenos Aires.

Diario Clarín, revela con sentimiento el informe que da cuenta que cinco de las criaturas murieron por el fuego abrasador que avanzó sin clemencia.

Silvina Suárez de 4 años, Priscila Araujo de 6, Raúl Suárez, quien tenía 8, María Belén Suárez de 11 y Milagros Araujo con 15 años, murieron dentro de la vivienda. Sus cuerpos estaban calcinados al momento de conocerse los daños por el siniestro. Jorge y Marianela perdieron a 2 de sus hijos y Soledad Suarez a 3. A todos sus niños.

Una de las dos sobrevivientes de la tragedia, relató a su tía que vio como una de las estufas para calefaccionar el lugar prendió en llamas. Los peritos hablaron de una falla eléctrica. Lo cierto es que solo dos niñas “Lara” y “Mía”, pudieron escapar por una ventana.

Clarín
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La amiga de Milagros, la mayor de las víctimas, aseguró que a media noche estuvo con ella en la vivienda.

“Me acuerdo que tenían todas las estufas prendidas”, relató Agustina. Lloraba recordando la antesala a esa noche en la que murieron los niños. Su mamá aseguró: “Nos despertó la llamaradas y el humo negro. Algunos vecinos intentaron entrar por los techos para rescatar a las hermanas, pero no pudieron”.

Todos hacían lo posible por ayudar en el momento en que los menores de edad más lo necesitaban. Sin embargo, sus padres no estaban. Simplemente se fueron tan solos, como estaban esa madrugada en que la muerte los sorprendió a tan corta edad.

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Investigan si los padres se fueron a bailar

La pregunta que las autoridades se hacían era ¿dónde estaban los padres de las criaturas?. Los vecinos, también. Una de ellas, hablando de ausencias, aseguró que los bomberos llegaron dos horas después del incendio. “Se tardaron demasiado”, sentenció.

Sin embargo, la primera autoridad, la que protege y ama, no estaba en el sitio y a la hora adecuada.

El incendio inició a eso de las 5 de la mañana del domingo 7 de julio y la primera en llegar a la vivienda, donde solo quedaron en pie las paredes, fue la abuela de 3 de las 5 víctimas.

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Los padres llegaron poco después. “La madre (que se llama Soledad Suárez) se puso violenta con la policía y los bomberos. Estaba desesperada. Quería entrar a la casa como fuera”, dijo una de las vecinas. Era tarde. Sus tres hijos ya estaban sin vida.

“No estaban en el lugar cuando ocurrió en el incendio”, dijo una amiga de la familia Araujo. Se habían ido a bailar, según relató a Clarín. La policía investiga esa versión, mientras los medios los buscaban en el transcurso del pasado domingo para conocer su versión.

“Están destruidos”, dijo una delegada del barrio donde los padre de las 5 víctimas se refugiaban tras lo ocurrido. No es para menos, no se trata de una casa, sino de lo más preciado que tenían adentro: sus hijos. 5 niños que murieron tan solos, como habían quedado, tras la presunta noche de fiesta de sus padres.

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