Cientos de migrantes haitianos y de otros países protestaron en una oficina migratoria de Tapachula, ciudad mexicana fronteriza con Guatemala, donde rompieron cristales de una caseta de vigilancia y embistieron el enrejado, exigiendo que se les otorgue apoyo y los correspondientes permisos para transitar con destino a Estados Unidos.

A los haitianos se sumaron africanos de Angola y Camerún -entre otros- que llevan semanas acampando en el exterior de las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM), ubicadas en el estado de Chiapas (sur), demandando que las autoridades resuelvan su permiso de salida.

Al lugar llegaron personal del ejército y policías para controlar el disturbio.

Ramón Verdugo, activista defensor de migrantes que mantiene un ayuno para exigir atención de las autoridades, explicó que la protesta comenzó cuando vieron que salían camiones llenos de migrantes para ser deportados, “lo que significa que hay espacio para atender a los que están aquí afuera”, afirmó.

Dijo que funcionarios de migración alegan que la estación se encuentra sobrepoblada y no pueden atender a más personas.

Para extender el oficio de salida, los migrantes tienen que ingresar a las oficinas del INM para que se determine su situación legal, dijo un funcionario consultado.

Los africanos aseguran que Migraciones está dando preferencia a cubanos, que también se congregan por cientos en esta entidad sureña.

Migración en México

Miles de migrantes, principalmente centroamericanos pero también haitianos, cubanos, africanos y asiáticos, ingresan cada año a México por el río Suchiate, sobre la frontera con Guatemala, para luego atravesar todo el territorio con destino a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida.

Desde octubre pasado, miles de ellos han recorrido el país en multitudinarias caravanas con la esperanza de pedir asilo al gobierno estadounidense.

El presidente Donald Trump considera a este éxodo creciente una amenaza contra la seguridad de su país y ha insistido esta semana en que está 100% listo para cerrar la frontera.

La medida podría tener un impacto “potencialmente catastrófico” para la economía de Estados Unidos, según expertos, pues detendría el millonario flujo comercial que mantiene con México.