Paleontólogos y arqueólogos de Rio de Janeiro están logrando rescatar una “cantidad significativa” de piezas históricas entre los escombros del Museo Nacional, cinco meses después del incendio que devastó su acervo, uno de los más valiosos de América Latina.

“Todavía es difícil establecer” cuántas piezas podrán ser rescatadas al final del proceso, pero hay una “cantidad significativa de piezas (…) en condiciones de ser recuperadas”, afirmó el martes la arqueóloga Claudia Carvalho, coordinadora de las tareas de rescate, durante un recorrido abierto a la prensa que pudo registrar el interior del edificio por primera vez desde el incendio del 2 de septiembre.

Durante nueve horas por día, seis días a la semana, decenas de antropólogos, arqueólogos y paleontólogos se dedican a hurgar entre montañas de piedras, estructuras metálicas retorcidas y paredes carbonizadas del edificio, antiguo palacio imperial cuya estructura básica se mantiene en pie, pese a haber perdido la mayor parte del techo y todo lo que estaba dentro.

Hasta el momento han recolectado y registrado 2.000 elementos -que pueden corresponder a piezas completas o a varios fragmentos de un mismo ítem-, explicó el director del Museo, Alexander Kellner, cuyas expectativas fueron superadas con creces.

“Debido al éxito [de las búsquedas] tenemos un problema agradable: preciso muchos más contenedores porque no tengo más espacio” para almacenar las piezas halladas, afirmó Kellner. El Museo podrá organizar “pronto” una muestra con los principales objetos recuperados, agregó, sin mayores detalles.

Mauro PIMENTEL | AFP
Mauro PIMENTEL | AFP

Entre las reliquias recuperadas en los últimos meses se encuentran fragmentos de Luzia, un fósil humano de 12.000 años, el más antiguo de Brasil, considerado la joya del museo; el meteorito Bendegó, un macizo de hierro y níquel de cinco toneladas que por sus características físicas sobrevivió al incendio; y algunos fragmentos del Maxakalisaurus topai, un dinosaurio herbívoro de 13 metros de largo cuyos restos fueron descubiertos en Minas Gerais.

“Sabemos que algunas colecciones fueron prácticamente perdidas, como la de Entomología” [una de las colecciones de insectos más ricas de América Latina, con cinco millones de ejemplares]; otras, principalmente de materiales resistentes como cerámica, metal, roca, permanecen. Todavía precisamos medir eso. Hay acervos de los cuales no sabemos cuánto podremos recuperar”, explicó Carvalho.

La búsqueda de objetos debe extenderse durante todo este año, mientras avanzan los proyectos para reconstruir el palacio, situado en el parque de Boa Vista en el norte de Rio.

La Policía Federal todavía investiga las causas del incendio que destruyó las tres plantas del bicentenario edificio, que contaba con un acervo de unas 20 millones de piezas, y conmocionó a la comunidad científica internacional.