El portavoz de la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville, señaló que la encargada de dicha oficina -Michelle Bachelet- no ha descartado una visita a Venezuela, pero que está supeditada a las condiciones.

“Ella no ha decidido no ir; sino que es en orden de que se necesitan las correctas condiciones. Así que no puede, simplemente, visitar Venezuela. Ella tiene al final de esta semana un encuentro de la Unión Africana. No es correcto decir que ella no quiere visitar Venezuela, como han escrito algunos medios. No tiene sentido ir a Venezuela si es que no se puede lograr algo”, declaró Colville.

En entrevista con diario El Mercurio, el funcionario de la ONU explica que antes de la visita de Bachelet debe ir un equipo a examinar las condiciones y que ratifiquen que la expresidenta se podrá reunir con las personas que estime conveniente y visitar los lugares sin presiones del gobierno de Nicolás Maduro.

“En el caso de la alta comisionado es un poco como los presidentes. Ella no puede simplemente aparecer. Debemos tener garantías de que ella podrá hacer todo lo que desea”, sostiene.

ARCHIVO  | Agence France-Presse
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Hasta el momento, Bachelet sólo ha pronunciado que espera una solución pacífica y política para la crisis en Venezuela, mientras que su oficina ha elaborado informes dando cuenta de las decenas de muertos y cientos de detenidos en las últimas semanas por protestas contra Maduro.

En la misma línea, la oposición venezolana y el autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, han solicitado que Bachelet visite Venezuela para constatar las violaciones a los DDHH por parte del régimen de Maduro.

Incluso el gobernante chavista ha extendido una invitación a la expresidenta de Chile, para que en su calidad de alta comisionada para los DDHH, revise la situación de Venezuela, aunque todo dependerá de si una misión previa ratifica las condiciones para una visita.

Venezuela vive este conflicto político en medio de la peor crisis económica de su historia moderna, que provocó el éxodo de unas 2,3 millones de personas desde 2015, según la ONU.

Los venezolanos sufren una escasez de medicamentos que ronda 85%, y miles de enfermos con afecciones crónicas tienen dificultades para acceder a sus tratamientos, según onegés críticas del gobierno.