La líder feminista opositora Ana Quirós, de nacionalidad nicaragüense-costarricense, fue expulsada este lunes de Nicaragua y entregada a autoridades de migración en Costa Rica, informó el gobierno de este último país.

“La defensora Ana Quirós ha sido entregada a las autoridades costarricenses de Migración”, escribió en Twitter la canciller de Costa Rica, Epsy Campbell, sobre la activista que participó en las protestas contra el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.

Horas antes, el cónsul costarricense en Managua, Oscar Camacho, dijo en video que había sido informado de la detención de Quirós y la orden de expulsarla de Nicaragua.

Campbell señaló que el cónsul le informó que el estado de salud de Quirós es “óptimo”.

Quirós, también activista de la diversidad sexual, fue retenida tras presentarse la mañana del lunes a una citatoria que le hicieron las autoridades migratorias el pasado sábado, sin precisar el motivo, denunció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El director jurídico del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Gonzalo Carrión, dijo a la AFP que tras su ingreso a Migración perdieron comunicación con Quirós, una especialista en salud pública y madre de dos hijos.

Quirós vive en Nicaragua desde la Revolución Sandinista (1979-90), y obtuvo la nacionalidad nicaragüense.

Participó en las protestas antigubernamentales que estallaron el pasado 18 de abril en Nicaragua, en las que resultó agredida y herida en una mano.

Antes de acudir este lunes a la oficina de Migración, cuya seguridad fue reforzada con antimotines, Quirós ofreció una conferencia de prensa en la sede del Cenidh, en Managua, donde manifestó su temor de que le retiraran la nacionalidad.

“No es fácil para nadie seguir viviendo en este país con tantas injusticias, con tantas arbitrariedades”, dijo Quirós.

También fueron citadas a Migración las feministas españolas Ana y María Jesús Ara y la suiza Beatriz Huber con estatus de residentes en Nicaragua.

Las tres mujeres acudieron a la entrevista con las autoridades migratorias y tras comprometerse a no participar en actividades políticas, las dejaron salir, según fuentes opositoras.

El viernes, la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo leyó una proclama en la que acusó a los grupos feministas opositores de participar en “crímenes de odio” durante las protestas.

Las manifestaciones contra Ortega iniciaron por una fallida reforma al seguro social, que luego desencadenó una demanda de salida del mandatario por la violencia y muerte ejercida contra sus opositores.

Grupos humanitarios estiman que más de 320 personas murieron por la represión, mientras que la policía registra 198 víctimas, cuyo deceso atribuye a los manifestantes.