Fernando Haddad, designado candidato del Partido de los Trabajadores (PT) por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, viajó a Curitiba (sur) para visitar al líder histórico de la izquierda en la cárcel, donde cumple una pena de 12 años y un mes por corrupción y lavado de activos.

Los dos dirigentes pasaron tres horas reunidos el lunes, en una celda de 15 metros cuadrados, diseñando la estrategia para un complejo segundo turno.

“Voy a conversar con las fuerzas democráticas del país, representadas por algunas candidaturas” como la de Ciro Gomes (centroizquierda) -tercer lugar el domingo- y la de Guilherme Boulos (izquierda), así como con gobernadores, dijo Haddad a la prensa al término del encuentro.

Haddad se enfrenta a varios dilemas para acortar las distancias con Bolsonaro
, quien obtuvo un 46% de las preferencias, beneficiándose de las crisis de los partidos tradicionales y el alto índice de rechazo del PT.

Su identificación total con Lula le permitió ganarse a sectores que se beneficiaron de las políticas de inclusión social del exmandatario (2003-2011).

Pero puede aumentar sus índices de rechazo y dificultar alianzas con quienes ven a Lula como sinónimo de corrupción y de políticas estatistas a las que acusan de haber hundido a Brasil en una recesión de dos años.

Para acortar distancias con Bolsonaro, Haddad puede buscar apoyo en Ciro Gomes, del Partido Democrático Trabalhista (PDT), que fue ministro de Integración Nacional de Lula y consiguió 12,5% de los votos el domingo.