Días complejos aguardan a la Argentina las próximas semanas, si es que los sindicalistas, liderados por el histórico dirigente de los camioneros, Hugo Moyano, tienen éxito en su propósito de realizar una masiva manifestación el próximo 21 de febrero en aparente rechazo a las políticas económicas de la actual administración de la Casa Rosada.

En los últimos años, los dirigentes sindicales han acumulado gran poder en Argentina, algunos -por extraño que parezca- han pasado de trabajadores a grandes empresarios, siendo incluso dueños de medios de comunicación, sin dejar su papel como representantes del proletariado.

Ahora están a punto de enfrentarse con el presidente Mauricio Macri, con quien hasta el momento habían mantenido una relación estable, más allá de algunas diferencias en las reformas económicas liberales que trata de implementar el mandatario trasandino.

Incluso, durante la campaña presidencial de 2015, Moyano fue visto en público en reiteradas ocasiones con Macri y no mostró una preferencia clara por Daniel Scioli, candidato del kirchnerismo.

El principal pulso del gobierno con los sindicatos se da por la negociación que debe llevar adelante con cada sector para fijar los incrementos salariales del año.

Esas negociaciones, conocidas como paritarias, inciden en el índice de inflación, que el gobierno lucha por contener luego de que el año pasado cerró en 24,8% pese a que la meta era 17%.

Para 2018 la meta inflacionaria quedó fijada en 15% y el gobierno rechaza que se pueda negociar aumentos salariales por encima de ese tope.

“¿Yo voy a voltear al Gobierno? Es un disparate (..) Ellos mismos parece que se quieren ir por cómo están haciendo las cosas; no saben conducir los destinos del país”, señaló MOyano al canal C5N.

Crisis con el gobierno de Macri

Aunque esa excusa sería superficial, ya que la gran batalla de Macri es con el líder de los camioneros, el poderoso Hugo Moyano, quien buscaría presionar a través del gobierno para poner fin a las investigaciones judiciales en su contra.

“El enfrentamiento con el clan Moyano tiene dos tramas. Una es la judicial; ahí el líder de los camioneros cree que Macri puede hacer todo para frenar su calvario y Macri no quiere -ni puede- hacer nada. La otra se refiere a la influencia sindical en la conformación de un país distinto del que los argentinos conocieron en los últimos 70 años”, señala el periodista Joaquín Morales Solá en su columna de opinión de diario La Nación de Argentina.

La figura de Moyano siempre estuvo rodeada de sospechas de actos de corrupción, aunque todas las investigaciones quedaron en nada, bajo el temor de que este dirigente convocara a manifestaciones que paralizaran Argentina.

El líder de los camioneros enfrenta varios problemas judiciales, el primero se refiere a una presentación hecha por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos por extrañas transferencias de dinero entre la empresa de correos OCA y la asociación gremial de camioneros que lidera Moyano.

El segundo caso judicial -y el más mediático- habla de sus vínculos como dirigente de Independiente de Avellaneda con la barra brava de este club y su antiguo líder, Pablo “Bebote” Álvarez, quien está preso por ser acusado de ser partícipe de una presunta asociación ilícita que extorsionó a jugadores y directores técnicos del equipo.

De acuerdo a la versión entregada por Álvarez, el mismo Moyano sería el verdadero líder de esta banda criminal y el responsable de las maniobras de extorsión contra jugadores y entrenadores, consigna diario La Nación.

El tercer caso apunta a una red por parte de algunas organizaciones sindicales, entre las que está la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros (Fedcam) dirigida por Moyano, de elaborar “facturas truchas” con el fin de eludir el pago de impuestos, consignó diario Clarín.

Desde el gobierno de Macri plantean que la disputa con Moyano no es solamente por un tema judicial o de poder, sino que también va relacionado con la modernización que -según ellos- requiere Argentina.

“Los que nos obstaculizan son los que tienen privilegios. Y nos intentan debilitar porque estamos golpeando el mundo de esos privilegios”, le habría dicho Macri a sus ministros según Clarín.

Un punto a favor del gobierno argentino, es que la convocatoria de Moyano para la movilización del 21 aún no logra una aceptación en otros grupos gremiales. La Confederación General de Trabajadores (CGT) anunció que no se plegarán a la marcha, aunque sí la apoyarán, como cualquier movilización de alguna de sus asociaciones.

¿Quién es Hugo Moyano?

Hugo Moyano es dirigente desde 1962, cuando a la edad de 18 años fue designado como delegado sindical de una asociación de camioneros. De ahí en adelante comenzó a subir peldaños en la organización de trabajadores, hasta construir un imperio, llegando a ser secretario de la Confederación General del Trabajo entre 2004 a 2016.

Durante ese periodo mantuvo relaciones estratégicas con el kirchnerismo, nunca tuvo el visto bueno de Cristina Fernández, quien consideraba que el dirigente sindical tenía “demasiado poder”

También militó durante varias décadas en el Partido Justicialista (peronismo), llegando a ser presidente de esta agrupación por la Provincia de Buenos Aires y diputado nacional entre 1987 a 1991.

Moyano también es reconocido por su papel en el fútbol, en la actualidad es considerado como uno de los hombres más poderosos al interior de la Asociación de Fútbol Argentina, incluso sindicado como el poder en las sombras.

Pues además de ser presidente del Club Independiente de Avellaneda, uno de los “cinco grandes” en Argentina, también es suegro del presidente de la AFA, Claudio ‘chiqui’ Tapia, quien habría sido impulsado al cargo por las influencias de Moyano.