Han sido meses complejos para los emprendedores y esto bien lo sabe Wilma Gónzalez, la exmodelo y chica reality, quien vio cómo el estallido social y la pandemia frenaron sus planes de negocio.

Wilma había tomado la decisión de invertir en un foodtruck, cuando comenzó la crisis sanitaria, pero aún no ha podido trabajarlo. “En febrero pedí un crédito para comprar un foodtruck. La plaza que yo reservé está afuera de un Duoc, cerca de unas canchas de fútbol, entonces es un lugar que tiene como 4 mil o 5 personas que concurren cada mes, y al ser un espacio con mucho público, fue uno de los primeros que entró en cuarentena”, contó a BioBioChile.

“Me quedé con la deuda de un crédito, con el foodtruck aparcado en la casa de mi suegro y sin poder generar (dinero) desde ese lado”, explicó.

Las cosas venían mal laboralmente desde antes para la personal trainer. “Desde el estallido social nos empezó a ir mal a todos los que somos artistas. En el verano estuve con teatro pero vino poca gente, porque encima estaba cerca del centro; los eventos también bajaron”, añadió.

“En la parte deportiva, los gimnasios cerraban antes, la gente empezó a entrenar menos, los personalizados los empezaron a bajar porque no son cosas de primera necesidad. Entonces ya sea en lo artístico y deportivo, el trabajo me bajó muchísimo”, reconoció.

“Tratando de ver de qué forma ganaba dinero, miré esto de la comida, que siempre funciona… Durante el estallido hicimos hamburguesas veganas y varias cosas, las vendimos todas, así que dijimos, ‘bueno invirtamos en algo más formal’. Armé mi Pyme y justo pasa la pandemia. Es una caída tras otra. Ahora tengo una Pyme y no puedo trabajar”, aseguró.

Debido a esto, tuvo que dejar el departamento que arrendaba e irse a vivir con su novio a la casa de los padres de él. “No me daba para mantener los gastos de la casa, de comida, del crédito… y por suerte tengo a mis suegros que nos han ayudado mucho”, reconoció.

“Si bien el banco dio tres meses de gracia para no pagar el crédito, ahora desde el 1 de julio lo empiezan a cobrar, porque yo para pedir esa prórroga tuve que pedir otro crédito que igual tiene interés, no existe el costo 0.. eso es una mentira”, afirmó.

Según Wilma, tener que cambiarse de casa ha sido un proceso muy complicado. “Es heavy tener que desarmar el hogar que yo tenía con Noah (su hijo). Es heavy empacar las cosas, meterlas en una bodega, vender algunas, regalar otras. He donado muchas cosas del departamento, ropa, de todo”, comentó.

Pero como si todo esto fuera poco, Wilma también dio por perdida una casa que compró en Argentina hace algunos años y cuyos arrendatarios jamás pagaron. “No estoy ganando nada con esa casa. Fue una muy mala inversión”, dijo.

La ex Mundos Opuestos aseguró que como la familia tenía tres niñas menores de edad no la pudieron sacar de la casa y lo único que pudo hacer fue cortar los servicios básicos que estaban a su nombre, aunque ellos se “colgaron” más tarde de sus vecinos. “Hace tiempo inicié algo legal, pero hace ya bastante años que no me afecta porque lo dí por perdido”, reconoció.

Pero a pesar del difícil panorama, la exmodelo afirma que está consciente que no es la única y tiene esperanza de todo mejorará. “Me imagino en mi situación está mucha gente. Es complicado para todos, en mayor o menor medida. Pero yo creo que vamos a pasar esto. No he vendido el foodtruck, lo tengo ahí… y cuándo esto pase y pueda abrir el foodtruck me voy a afirmar de nuevo económicamente”, añadió.

“Estamos todos con salud, tenemos comida, abrigo. Yo veo circunstancias de personas que sí están complicadas”, dijo, agregando que finalmente es sólo un tema de dinero que se puede solucionar.

Una mamá a todo terreno

Noah, el hijo de Wilma, ha vivido el cambio de hogar tranquilo. “Ahora tiene muchas casas porque tiene un hogar con la familia de Nico (Seguel, su pareja), que lo adoran, y también con Gonzalo (Egas), su papá. Ahí también tiene su pieza armada”, aseveró.

Por supuesto y como todos los niños en el país, ha tenido que respetar la cuarentena, lo que tampoco ha sido un gran problema, ya que pasa una semana con ella y una semana con su papá.

“Al principio fue un poco más raro pero él se adaptó, porque él lo pasa bien en casa. Por un lado me tiene a mí, a Nico, a su familia, hay perros en la casa… Y por otro lado, también se queda con su papá, y con él hace muchas cosas”, contó.

“Al principio nos abrumamos con las tareas, pero después empezaron a aflojar un poco, porque no era viable el poder hacer tanta tarea… yo no lo obligaba a hacerlas todas porque no llegábamos, pero ahora llegamos a un consenso entre los profesores y padres, y estamos súper bien”, reconoció.

Pandemia

Wilma vivió la pandemia por partida partida doble, pues además de la situación en Chile, también siguió de cerca lo que ocurría en España, donde está su familia.

“Me sirvió para reconciliarme“, reconoció, “porque había tenido discusiones con algunas personas de mi familia, y nos abuenamos todos, porque a propósito de esto yo dije, ‘me muero si les pasa algo y estábamos peleados’. Entonces nos reconciliamos y ha servido para unirnos más”, contó.

“Ellos han estado bien, porque por suerte los que vivían en Madrid tenían casas en pueblos, y allá no pegó tan fuerte. Mi mamá también vive en la costa, en un pueblo y allá no han habido casos de Covid. Han vivido la cuarentena estricta y todo, pero no ha sido como en Madrid que vivieron ese horror”, comentó.

Profe Wilma

Wilma no se ha quedado tranquila en este tiempo y actualmente está haciendo entrenamientos personalizados por Zoom, haciendo uso de su certificación como personal trainer.

“A diferencia de otros entrenadores, estas son clases personalizadas. No hago una clase grupal donde yo entreno y si los otros me siguen, bien, y si no bien también. Yo enseñó a hacer el ejercicio, le explico, le muestro y lo voy corrigiendo”, dijo.

“Es cómo estar en el gimnasio, que son más caros, pero acá es más barato porque cada uno está en su casa y yo tengo una televisión gigante conectada al computador para ir viendo a la persona”, dijo.

Su proyecto online ha tenido muy buena recepción y de hecho ya tiene una lista de espera para algunas clases personalizadas, para poder cumplir con todos los horarios. “Por lo menos me sirvió mucho estudiar (para certificarse como personal trainer), porque de la parte artística hace mucho que no vengo generando muchos ingresos”, reconoció.