La princesa de Mónaco se mantiene en un lugar no revelado para recuperarse de un problema de salud que tampoco ha sido comentado públicamente.

La princesa Charlene de Mónaco no podrá pasar la Navidad con su familia, producto de una misteriosa enfermedad que la mantiene internada.

Por lo mismo, su esposo, el príncipe Alberto de Mónaco, y los gemelos de ambos, la visitarán en el centro donde se encuentra recuperándose, destino que sigue siendo desconocido para el público.

La princesa se ha mantenido en dicho establecimiento secreto desde el mes de mayo, y según se informó, todavía tardará “meses” en restablecerse.

El Palacio de Mónaco informó de la visita en un comunicado donde señala que la convalecencia de Charlene (43 años) “continúa de forma satisfactoria y alentadora, aunque su restablecimiento debería todavía tardar unos meses”.

De hecho, insiste en que la pareja pide que “se siga respetando su privacidad y la de sus hijos”, que acaban de cumplir siete años.

“Desde que se restablezca su salud, con un inmenso placer la princesa compartirá de nuevo momentos amables con los monegascos”, asegura.

Emergencia en Mónaco

La antigua nadadora olímpica enfermó en Sudáfrica, su país natal, durante un viaje oficial en mayo. Desde entonces se ha sometido a varias intervenciones, algunas de ellas bajo anestesia general, por una complicación en una infección otorrinolaringológica.

Aunque volvió a Mónaco a principios de noviembre, poco después se marchó a un destino desconocido. La explicación oficial que se dio es que su estado de cansancio no le permitía afrontar sus obligaciones de princesa y la recuperación necesitaba que se preservara su privacidad.