Los astrofísicos estadounidenses Barry Barish, Kip Thorne y Rainer Weiss fueron anunciados ganadores del Premio Nobel de Física este martes, por su contribución a la detección de las ondas gravitacionales.

Detectadas en 2015, un siglo después de que las predijera Albert Einstein, las ondas gravitacionales son alteraciones en el espacio-tiempo que podrían brindar valiosas informaciones sobre el origen del universo.

Estos descubrimientos los realizaron a través de la Colaboración Ligo, alianza internacional de científicos que trabajan en la detección de este tipo de elementos a través de dos observatorios, con la finalidad de emplearlas en las leyes fundamentales de la gravedad y el campo emergente de la física ligadas a este hallazgo.

En su versión del 2016, este premio fue adjudicado por David Thouless, Duncan Haldane y Michael Kosterlitz, quienes trabajaron en el comportamiento de la materia en estados exóticos.