"La evidencia observacional de los eventos de acercamiento son difícil de obtener porque estos eventos ocurren rápidamente y es difícil capturarlos en acción", afirman los expertos.

Los científicos han capturado un objeto intruso que interrumpe el disco protoplanetario, lugar de nacimiento de los planetas, en la estrella Z Canis Majors (Z CMa) ubicada en la constelación de Canis Majoris.

Los observatorios Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), y el Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) han revelado un probable evento de vuelo estelar en el sistema Z Canis Majoris.

Un objeto intruso (no ligado al sistema) se acercó e interactuó con el entorno que rodea a la protoestrella binaria, provocando la formación de corrientes caóticas y estiradas de polvo y gas en el disco que la rodea, según informan en la revista ‘Nature Astronomy’.

Si bien este tipo de eventos de acercamiento de intrusos se han observado con cierta regularidad en las simulaciones informáticas de la formación estelar, se han realizado pocas observaciones directas convincentes y, hasta ahora, los eventos han sido en gran medida teóricos.

“La evidencia observacional de los eventos de acercamiento son difícil de obtener porque estos eventos ocurren rápidamente y es difícil capturarlos en acción”, afirma en un comunicado Ruobing Dong, astrónomo de la Universidad de Victoria (Canadá) e investigador principal del nuevo estudio.

“Lo que hemos hecho con nuestras observaciones en la banda 6 de ALMA y en el VLA equivale a captar el impacto de un rayo en un árbol“, explicó.

Además añadió que “este descubrimiento demuestra que los encuentros cercanos entre estrellas jóvenes que albergan discos ocurren en la vida real, y no son sólo situaciones teóricas vistas en simulaciones por ordenador”.

“En estudios observacionales anteriores se habían visto los encuentros, pero no se habían podido recoger las pruebas exhaustivas que hemos podido obtener del evento en Z CMa”, finalizó.

Las alteraciones como las de Z CMa no suelen estar causadas por intrusos, sino por estrellas hermanas que crecen juntas en el espacio.

¿Qué dicen los científicos?

Hau-Yu Baobab Liu, astrónomo del Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sinica de Taiwán y coautor del artículo, señala que “la mayoría de las veces, las estrellas no se forman de forma aislada“.

“Las gemelas, o incluso las trillizas o cuatrillizas, que nacen juntas pueden ser atraídas gravitacionalmente y, como resultado, acercarse la una a la otra“, detalla.

También destacó que durante esos momentos, parte del material de los discos protoplanetarios de las estrellas puede desprenderse para formar extensas corrientes de gas que proporcionan pistas a los astrónomos sobre la historia de los encuentros estelares pasados.

Nicolás Cuello, astrofísico, becario Marie Curie en la Universidad Grenoble Alpes (Francia) y coautor del artículo, añade que en el caso de Z CMa, “fue la morfología, o estructura, de estas corrientes lo que ayudó a los científicos a identificar y localizar al intruso”.

Según explica, “cuando se produce un encuentro estelar, se producen cambios en la morfología del disco -espiras, deformaciones, sombras, etc.- que podrían considerarse como huellas dactilares del vuelo“.

“En este caso, al observar con mucho cuidado el disco de Z CMa, revelamos la presencia de varias huellas dactilares del sobrevuelo”, rectifica.

Estas huellas no sólo ayudaron a los científicos a identificar al intruso, sino que también les llevaron a considerar lo que estas interacciones podrían significar para el futuro de Z CMa y de los planetas bebé que nacen en el sistema, un proceso que hasta ahora ha sido un misterio para los científicos.

“Lo que ahora sabemos gracias a esta nueva investigación es que los eventos de acercamiento ocurren en la naturaleza y que tienen impactos importantes en los discos circunestelares gaseosos, que son la cuna de los planetas, que rodean a las estrellas bebé”, indicó Cuello.

“Los eventos de sobrevuelo pueden perturbar drásticamente los discos circunestelares alrededor de las estrellas participantes, como hemos visto con la producción de largas serpentinas alrededor de Z CMa“, concluye.

Liu añade que “estas perturbaciones no sólo provocan corrientes gaseosas, sino que también pueden afectar a la historia térmica de las estrellas anfitrionas implicadas, como Z CMa. Esto puede dar lugar a eventos violentos como los estallidos de acreción, y también impactar en el desarrollo del sistema estelar en general de maneras que aún no hemos observado o definido”.

Dong afirma que el estudio de la evolución y el crecimiento de los sistemas estelares jóvenes de toda la galaxia ayuda a los científicos a comprender mejor el origen de nuestro propio Sistema Solar.