La NASA hizo “sobrepagos” al gigante aeroespacial estadounidense Boeing para construir su próxima cápsula para transportar astronautas, reveló esta semana una auditoría pública.
La agencia espacial estadounidense firmó contratos de precio fijo con Boeing y SpaceX en 2014 para construir naves para llevar sus tripulaciones a la Estación Espacial Internacional (ISS): Starliner para Boeing, y Dragon para SpaceX.
Estas naves originalmente llevarían astronautas en 2017, pero los primeros vuelos tripulados ahora están programados para principios de 2020, y nuevamente, las pruebas no se han completado.
En total, la NASA ha comprometido más de 8.000 millones de dólares con ambas compañías para garantizarse seis viajes de cuatro astronautas cada uno hasta 2024.
A Boeing se le pagó más que a SpaceX. El precio por el trayecto de ida y vuelta terminará siendo de 90 millones por astronauta a bordo de Starliner, según un informe publicado el jueves por el inspector general de la NASA, que actúa de forma independiente.
Eso es 63% más que a SpaceX (55 millones), y más de los 80 millones que la NASA paga actualmente a Rusia por los asientos en sus cohetes Soyuz, el único medio de transporte a la ISS en el mundo desde el final del programa de transbordadores estadounidenses en 2011.
Boeing cuestionó este cálculo y señaló que SpaceX se había beneficiado previamente de grandes contratos de la NASA para desarrollar la versión de carga de su cohete Dragon.
El inspector general reveló que la NASA también había pagado a Boeing 287 millones de dólares adicionales a Boeing para compensar un retardo en la construcción, aunque el contrato original era fijo.
“En nuestra opinión, este pago adicional no era necesario”, concluyó la oficina del inspector general en el informe, porque era suficiente con comprar asientos adicionales en los cohetes Soyuz.
La NASA, en una carta, dice no estar “de acuerdo” con estas conclusiones, y Boeing justificó el sobrecosto por la “flexibilidad adicional” ofrecida a la agencia.
Las turbulencias sufridas por Boeing en las actividades espaciales se suman a una de las más graves crisis de su historia, causada por su aeronave 737 MAX, un avión insignia que se encuentra en tierra desde marzo después de dos accidentes que dejaron 346 muertos, y que reanudaría los vuelos en 2020.