Los astrofísicos saben desde hace 90 años que el Universo se está expandiendo, y desde entonces han estado tratando de medir la velocidad exacta de esta expansión. Pero diferentes métodos producen diferentes resultados, lo que ha obligado a los científicos a preguntarse si su teoría del cosmos es sólida.

En la década de 1920, los astrofísicos Georges Lemaître y Edwin Hubble descubrieron que el Universo se expandía, en lugar de ser un espacio delimitado y calmo.

En 1998, dos equipos de investigadores descubrieron que el ritmo de esta expansión se aceleraba con la distancia, y que el Universo estaba lleno de una misteriosa “energía oscura” que causa esta aceleración desde hace 14.000 millones de años. Ganaron el Premio Nobel en 2011.

La velocidad se calcula gracias a la Constante de Hubble. Esta constante es estimada cada vez con mayor precisión por los físicos. El problema es que es de 67,4 según un método, y de 73 según otro.

La unidad indica kilómetros por segundo por megaparsec. Un megaparsec equivale a unos tres millones de años luz. Quiere decir lo siguiente: las galaxias a tres millones de años luz de distancia (1 megaparsec) se expanden a 67,4 (o 73) kilómetros por segundo.

Aunque ambos números parecen cercanos, para los cosmólogos se trata de una diferencia más que significativa. Dado que cada método tiene un margen de error pequeño, la diferencia entre los dos resultados no puede explicarse por un simple error de cálculo, sino que sugiere que hay un problema más fundamental, algo que se nos escapa sobre el Universo y que la teoría actual no es capaz de explicar.

Tal vez la ecuación que explica el Big Bang y el cosmos necesita ser actualizada.

“Leyes físicas desconocidas”

La investigación actual, que involucra a muchos equipos en todo el mundo, no es solo para afinar las medidas de distancia de las estrellas, sino también para hallar nuevos métodos para calcular la velocidad de escape de las galaxias y, en el mejor de los casos, resolver lo que los físicos llaman sobriamente, en lugar de una controversia o una crisis, la “tensión” de la Constante de Hubble.

Para ilustrar esta búsqueda frenética, un estudio que describe un nuevo método, escrito por investigadores del Instituto Max Planck de Astrofísica en Alemania y otras universidades, fue publicado el jueves en la revista estadounidense Science.

Ellos consiguieron medir la distancia de dos estrellas observando cómo su luz se curva alrededor de grandes galaxias en su camino hacia la Tierra.

El equipo midió la constante a 82,4 km/s/Mpc, pero con un margen de error de más o menos 10%, mucho más que el de las mediciones realizadas por otros científicos.

“Si la tensión es real, significa que el Universo antiguo estaba gobernado por leyes físicas desconocidas”, dice a la agencia de noticias AFP la cosmóloga Inh Jee, coautora del estudio. El objetivo de este nuevo trabajo es constatar si existe realmente un problema fundamental.

Ella espera que otras observaciones hechas con su método reduzcan el error que, lo admite, es demasiado grande por el momento.

Consultado por AFP, uno de los galardonados con el Premio Nobel 2011, Adam Riess, de la Universidad Johns Hopkins, consideró que estos nuevos resultados no son lo suficientemente precisos como para incidir realmente en la controversia, al menos no por ahora.

“No creo que eso aporte mucho al estado actual de los conocimientos, pero es bueno que la gente esté buscando métodos alternativos, así que felicidades”, sostuvo el famoso astrofísico en un correo electrónico.