La adrenalina no la generan sólo los riesgos, las evoluciones espectaculares en las alturas ni son exclusivas de los acróbatas.

El espectador también puede participar de ese vértigo, a partir de estímulos más íntimos, como ocurre en esta propuesta de la compañía Los Nadies que dirige Martín Erazo, destacado director de La Patogallina.

Esta convergencia se hace presente en este relato sin palabras que se narra arriba de una estructura metálica y que alude a un pedazo de la historia de Francisca Arce, acróbata que sobrevivió a una caída desde cuatro metros y medio de altura en 2016.

Un accidente que la mantuvo 30 horas en coma inducido, mientras operaban su cerebro, y que le dejó una gran cicatriz en un costado de su cabeza.

Esos segundos antes de chocar contra el suelo y los sucesos posteriores hasta que despertó, recopilados entre amigos y compañeros, es lo que ahora ella cuenta mientras sube, baja y vuela arriba de la estructura metálica.

“Sol de harapos” (2013), “Explorando” (2015) y “El gran número” (2016), son las obras realizadas por la compañía Los Nadies, fundada en 2013, cuyos miembros egresaron de El Circo del Mundo, escuela profesional de artes circenses.

En el “cuadro fijo”

Desde un comienzo se advierte que relatar esta historia en el formato de circo-teatro contemporáneo tiene tantas dificultades como la exigencia técnica.

¿Cómo es posible traspasar al espectador reflexiones o estados de ánimo y, sobre todo, cómo describir, a través del trabajo acrobático, la travesía mental de una persona en una situación límite?

“Cuadro fijo” es una prueba de trapecio en una estructura metálica fija en altura, donde Francisca Arce sufrió su grave caída.

Aquí utiliza el mismo recurso circense y trabaja con el mismo compañero del accidente, el denominado “portor”, que la sostiene de las manos en la altura.

Facundo Salazar refleja fuerza y entrega gran seguridad, algo fundamental mientras se mueve como un péndulo, colgado de sus piernas, soltando y retomando a Francisca en el aire.

Algunos segmentos de la propuesta se aprecian claros y directos, como la secuencia de la caída, el auxilio médico y la operación, entregados con agilidad y humor.

También se advierte un proceso de pausada acumulación de tensiones, que comienza desde los primeros ejercicios de la rutina profesional.

Los trazos más íntimos y sensibles del relato se construyen en el piso y en la altura, a través de la delicada interpretación de Francisca Arce.

Describen aspectos duros y dulces, con los apoyos electrizantes de una cantante lírica (Catalina Madariaga) y del bajo y la guitarra de un rockero (Cristóbal Bello).

Ambos modulan estados de ánimo que son subrayados por juegos sonoros y lumínicos efectivos, mientras Cristián Arce y la notable Mirelly Parcigate aportan variados monólogos acrobáticos.

Una obra de teatro-circo contemporáneo chileno de gran nivel técnico, al interior de una escenografía que sugiere un laberinto, asociado a la mente humana, donde la memoria y las emociones luchan por sobrevivir.

Matucana 100. Jueves a sábado, 20.15 horas; domingo 19.15 horas. Entrada general $ 5.000; estudiantes, tercera edad y jueves popular $ 3.000. Hasta el 1 de julio.