La nueva edición de “Confieso que he vivido” del Nobel de Literatura chileno, Pablo Neruda, incorpora un capítulo sobre el poeta español Federico García Lorca y su homosexualidad, así como textos inéditos que añaden un centenar de páginas más al original.
Se trata de documentos inéditos aparecidos en la remodelación de la casa-museo ‘La Chascona‘, en Santiago, y que se pensaba que pertenecían a Matilde Urrutia, su última esposa y guardián del legado del poeta fallecido el 23 de septiembre de 1973, 13 días después del golpe militar de Augusto Pinochet.
“Es muy interesante lo que hay sobre García Lorca, sobre su homosexualidad“, dice el director de la Fundación Neruda, Fernando Sáez, a la AFP. La homosexualidad del poeta granadino estaba muy presente en este escrito de Neruda, que habla de la manera “oscurantista” en que se trataba en la América Latina y la España de entonces y que consistía en “esconder cuidadosamente esta inclinación personal de Federico“.
Una nota manuscrita de Matilde explica la razón por la que no se incluyó el capítulo “El último amor del poeta Federico” en la versión original de “Confieso que he vivido”, el libro de memorias del poeta chileno, publicado casi un año después de su muerte.
“Fueron muchas las veces que conversamos con Pablo si debía incluirlo o no. Me dijo textualmente: ‘¿Está el público suficientemente desprovisto de prejuicios para admitir la homosexualidad de Federico sin menoscabar su prestigio?’ Esa era su duda. Yo también dudé y no lo incluí en las memorias. Aquí lo dejo, creo que yo no tengo derecho a romperlo“, reza la nota.
Para Sáiz, “resulta muy esclarecedor para el pensamiento de Neruda” y “habla de su humanidad” el tratamiento de este tema al fin y al cabo del ámbito personal. La admiración de Neruda por el autor de “Romancero gitano” es patente: “Todas las luces de la inteligencia lo vestían de una manera tan espléndida que brillaba como piedra preciosa. Su cara gruesa y morena no tenía nada de afeminado, su seducción era natural e intelectual“, dice el texto.
Neruda y Lorca se conocieron en Buenos Aires, ciudad a la que el chileno fue enviado en 1933 para trabajar en la embajada de Chile y en la que el granadino estrenó “Bodas de sangre” en el Teatro Maipo en el verano boreal de ese año. Fue una amistad a primera vista fatalmente interrumpida por el fusilamiento de Lorca el 18 de agosto de 1936, en los albores de la Guerra Civil española.
Un centenar de páginas más
La nueva edición de las memorias de Neruda, publicada por Seix Barral, contiene casi un centenar de páginas más en esta edición que se preparó entre 2016 y 2017.
Algunos de los textos quedaron excluidos de la edición inicial publicada después de la muerte del poeta comunista, en circunstancias que todavía investiga la justicia chilena por si se tratara de un asesinato perpetrado por el régimen militar pese a que padecía un cáncer de próstata.
Muchos de los textos han sido incorporados “en los capítulos que correspondían y son más menos cien páginas” adicionales, dice el director de la Fundación Neruda, que se agregan a la versión original de las memorias del poeta chileno publicadas en 1974 en España por la editorial Seix Barral, de la mano de la fallecida Carmen Balcells, y en Argentina por Losada.
Además del capítulo sobre Lorca, la nueva edición incorpora escritos sobre el sur de Chile, la religión o semblanzas de poetas como el chileno Pablo de Rokha, en la categoría de “enemigos literarios” y que lo describe como un estafador cínico, inescrupuloso y chantajista.
“Complementan y aportan lo que significan textos inéditos de unas memorias que no son exactamente una memoria normal. Ese libro está compuesto de recuerdos y semblanzas de personas y de circunstancias que no tienen un relato de vida. Es la biografía de un poeta, ese elemento más diverso de esas memorias”, asegura Sáiz, que señala que no hay “revelaciones nuevas“.