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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Julio Escámez Carrasco, reconocido artista chileno, destacó por su obra en el muralismo y la técnica del fresco, así como por sus grabados, dibujos y otras facetas artísticas. Parte fundamental de su legado son los murales como el de la Farmacia Maluje y el de la Municipalidad de Chillán. En Costa Rica, donde vivió exiliado, tuvo una destacada carrera artística y académica. Su realismo social y obsesión por capturar detalles lo convierten en un referente del arte nacional.

Hasta el 4 de enero se está realizando una importante exposición del Julio Escámez Carrasco (Antihuala, Los Álamos, Chile, 15 de noviembre de 1925-Heredia, Costa Rica, 23 de diciembre de 2015). Un acercamiento a un artista sensible y complejo, poco conocido.

Julio Escámez Carrasco

Julio Escámez tuvo un largo recorrido como artista, destacando por sus pinturas, en particular por sus estudios e incursión en el muralismo y la técnica, estudiada en Italia, del fresco. Además de sus grabados y dibujos, como sus incursiones como escenógrafo, diseño de vestuarios e ilustrador de importantes libros.

Julio Escámez participó en el Mural Historia de Concepción, como ayudante de Gregorio de la Fuente. Un mural que forma parte de la identidad de esa ciudad. Luego haría el de la Farmacia Maluje (con la técnica del fresco) y el de la Municipalidad de Chillán (en proceso de recuperación luego que fuera pintado durante la dictadura), entre otros.

El artista partió al exilio a Costa Rica, donde desarrolló una importante carrera artística y académica.

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Rigurosidad (casi) obsesiva

Julio Escámez era un artista realista. Dibujaba y pintada lo que veía, buscaba hacer un arte que todos comprendieran. Por sus temas, lo califican de realismo social. Tal vez, se puede afirmar que transitó de un realismo social rural a un realismo social político.

En su vida llama la atención su obsesión por dibujar registrando detalles, gestos, la gran diversidad de rostros, de miradas, de vestuarios. Su sensibilidad con la naturaleza, donde busca diferenciar tipos de árboles y arbustos. Un dejar registro de mundos que estaban fuera de los focos oficiales.

Creo que Julio Escámez no era un gran dibujante “nato”. Que su calidad como artista se debe, en buena medida, a su pasión y a un trabajo sistemático, riguroso. A mucha disciplina y a ejercicio permanente. A la voluntad de hacer lo mejor de sus capacidades y esfuerzos para mostrar esos personajes y realidades populares, humildes. Como, después, también a los poderosos y sus máquinas de producción y destrucción.

Julio Escámez tuvo como motor su cariño por la gente, por escudriñar en la naturaleza humana y en su medioambiente, en sus ideas sociales, de un mundo mejor. Fuertemente motivado por su infancia y el haber visto tanta pobreza, desigualdades e injusticia.

A principios de los 90, Julio, de visita en Chile, me recomendó, para mejorar el dibujo, hacer croquis de los ensayos de la Compañía Espiral, dirigida por Patricio Bunster (1924-2006). Me habló de la importancia de capturar la gestualidad de los cuerpos, el momento preciso, su naturalidad. El espíritu de esos bailarines que hablaban con sus cuerpos. Algo que buscaba y plasmó en varios de sus cuadros.

Memorias de una obra en recuperación. Centenario Julio Escámez

La exposición que se desarrolla hasta el 4 de enero de 2026 en el Museo Nacional de Bellas Artes es una síntesis de su trabajo. Con la curaduría a cargo de un equipo académico de la UdeC, integrado por Leslie Fernández Barrera, Bárbara Lama Andrade y Javier Ramírez Hinrichsen, es un esbozo de su recorrido, su evolución, motivaciones y obsesiones.

La muestra es, además, una reivindicación de un artista surgido de los bosques del sur, de una zona rural con fuerte presencia mapuche. De un mundo en la periferia de las artes visuales y, en general, del mundo académico. Al menos, en esos años.

Memorias de una obra en recuperación. Centenario Julio Escámez es una exposición que muestra un trabajo gran sensibilidad, de mucho cariño. Porque su obra destaca por el cariño con el que plasmó tanto a figuras reconocidas de la época como a muchas anónimas. Todas tratadas de igual forma.

Instituciones colaboradoras de la exposición: Pinacoteca UdeC, Museo Universitario de la Gráfica de la U. de Playa Ancha, Museo de Arte Contemporáneo (MAC) U. de Chile, Acervo Artístico de la U. Nacional de Costa Rica, Fundación Gregorio de la Fuente, Archivo Fotográfico Biblioteca Municipal de Ñuble, Fundación Centro de Cine Experimental Sergio Bravo.

Memorias de una obra en recuperación. Centenario Julio Escámez

Curadores: Leslie Fernández Barrera, Bárbara Lama Andrade, Javier Ramírez
Museo Nacional de Bellas Artes
José Miguel de la Barra 650, Santiago, Chile