La increíble historia que une al centenario filme "El húsar de la muerte" con Violeta Parra

Por Daniela Fuentes Posada

La 37ª edición del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar (FICViña) se abrirá con una de las historias más singulares del patrimonio cinematográfico chileno: la improbable y profunda conexión entre el filme El húsar de la muerte (1925), el actor y director Pedro Sienna, el realizador Sergio Bravo y la compositora Violeta Parra. La proyección tendrá lugar el lunes 24 de noviembre en el Teatro Municipal de Viña del Mar, a 100 años del estreno del filme, y será acompañada por una interpretación en vivo de la Orquesta Marga Marga.

Un hallazgo inesperado que cambió la historia del cine chileno

A fines de 1958, el cineasta Sergio Bravo —fundador y director del recién formado Centro de Cine Experimental (CECIEX)— compró en la calle un saco con rollos de películas viejas destinadas a convertirse en peinetas. Entre ellos, se encontraban siete bobinas del nitrato en 35mm, correspondientes a la reedición de 1941 de El húsar de la muerte, obra que hasta entonces se encontraba desaparecida.

Ese hallazgo fortuito transformó la obra en una prioridad del naciente Centro de Cine Experimental, iniciando un largo proceso de recuperación, reparación y resguardo del material original. Gracias a este rescate, El húsar de la muerte es hoy uno de los cuatro únicos largometrajes argumentales del cine silente chileno a los que se puede acceder, en un panorama donde la mayor parte de las obras de la época se encuentra perdida.

“Para mi padre, El húsar de la muerte fue durante su vida un proyecto primordial. Esta versión, una reedición del original trabajada junto a Pedro Sienna, encarna un sueño que ambos compartieron, al que también se unió Violeta Parra. Es la edición que más se aproxima a la intención autoral de Sienna y al espíritu de preservación que movilizó a Sergio. Nos alegra que este material pueda ser proyectado en Viña del Mar, ciudad donde mi padre vivió durante sus últimos años”, comenta Sergio Nawuel Bravo, hijo del realizador y director de la Fundación Centro de Cine Experimental Sergio Bravo.

El encuentro con Violeta Parra

En 1959, Bravo invitó a Violeta Parra a presenciar las primeras proyecciones de prueba de El húsar de la muerte, filme que él había restaurado durante más de un año junto a su ayudante, Daniel Urria. Conmovida por la película y por la figura de Manuel Rodríguez, Violeta Parra compuso la tonada que más tarde sería conocida como “Hace falta un guerrillero”, concebida como un intento de musicalización del filme reeditado por el CECIEX. Aunque la idea no llegó a concretarse, Parra incorporó la tonada como primer track de su álbum El folklore de Chile, vol. VIII – Toda Violeta Parra (1961). En 1963, el compositor Sergio Ortega integraría finalmente su música a la versión recuperada y restaurada por Bravo.

“Ese encuentro ocurrió en el momento de mayor fecundidad creativa entre ambos. A fines de la década de 1950, Bravo y Parra desarrollaron una colaboración intensa y decisiva para la obra temprana del realizador. En esos mismos años, Parra improvisó el acompañamiento de guitarra para Mimbre (1957), musicalizó Trilla (1959) con composiciones propias y recopiladas a mediados de los cincuenta, e incluso trabajaron juntos en un proyecto audiovisual hoy desaparecido: Casamiento de negros (1959)”, señala Andrés Cabrera, encargado del Archivo de la Fundación Centro de Cine Experimental Sergio Bravo.

“Tras la muerte de Bravo en 2023, el archivo que conservó meticulosamente en su última residencia en Viña del Mar ofrece pistas únicas sobre un cruce creativo verdaderamente excepcional en la historia del arte popular y del cine experimental chileno. En él se reúnen cartas, fotografías, películas, grabaciones y registros escritos de indudable valor patrimonial. Como Fundación, estamos trabajando en su sistematización y difusión, con miras al centenario del natalicio de Bravo en 2027”, añade el investigador.

La composición sonora que se presentará este 24 de noviembre en FICViña, creada por el compositor Pablo Bravo (hijo de Sergio Bravo), se inspira directamente en esa tonada escrita por Parra. La obra fue interpretada por primera y única vez en el año 2000, en el IV Festival Internacional de Cine de Valparaíso (hoy Cine Recobrado), y 25 años después volverá a ejecutarse, esta vez en una interpretación de la Orquesta Marga Marga bajo la dirección de Luis Recart.

Una copia única: restauración, repatriación y digitalización

La copia que se exhibirá en FICViña 2025 posee un valor patrimonial excepcional. En 1960, tras una invitación de Sergio Bravo, Pedro Sienna visionó la versión rescatada y propuso reescribir los intertítulos perdidos y eliminar secuencias añadidas en la reedición de 1941, entre ellas un final patriótico ajeno al filme original. Un año después, con apoyo de la Universidad de Chile, Bravo produjo un internegativo y dos copias por reducción a 16 mm en los laboratorios Alex de Buenos Aires.

El compromiso de Bravo con la preservación de El húsar de la muerte se mantuvo durante décadas. En 1989, ya exiliado en Francia, generó una copia de seguridad en los Archives du Film de Bois d’Arcy, donde restauró nuevamente la película. Esa misma copia fue posteriormente repatriada por el Centro de Cine Experimental y, en 2025, digitalizada por la Cineteca Nacional de Chile, marcando la primera digitalización realizada directamente desde el 16 mm restaurado en Francia.

Es esta versión —la única en circulación que reúne el trabajo de rescate de Bravo, la aprobación de Sienna y una musicalización inspirada en Violeta Parra— la que abrirá el Festival. Declarada Monumento Histórico Nacional en 1998, El húsar de la muerte es hoy una de las grandes joyas del cine chileno y latinoamericano. Su exhibición en FICViña 2025 será gratuita, previa inscripción, en una función que promete convertirse en uno de los hitos culturales del año.


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