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La actriz Cate Blanchett sorprendió en la alfombra roja del Festival de Cannes 2024 con un vestido "con mensaje" del diseñador Haider Ackerman, que llevaba colores de la bandera del Estado Palestino en su cola. Blanchett, embajadora de buena voluntad de ACNUR, promovió la realización de películas sobre historias de refugiados durante su estadía en el certamen.
La irrupción de la actriz Cate Blanchett y su vestido “con mensaje” en la alfombra roja del Festival de Cannes 2024, no dejó indiferente a nadie.
La intérprete australiana arribó a la “red carpet” en el marco del estreno de la película “El aprendiz”, del director iraní Ali Abbasi. Y fiel a su estilo, lo hizo con un vestido de alta costura del diseñador Haider Ackerman para la marca Jean Paul Gaultier, que en sí mismo conllevaba un relato.
Se trataba de un vestido negro por delante y rosa pálido por detrás, que al reverso de su cola llevaba un forrado en tonalidad verda. El mismo verde de la bandera del Estado Palestino (rojo, negro, blanco y verde).
Pero eso no era todo: las alhajas que lució ante la pléyade de fotógrafos del festival fueron de una colección de alta joyería de Louis Vuitton enfocada en la “economía circular”. Un mix de diamantes y perlas recicladas que son parte de un proyecto mayor de la marca de lujo.
En redes sociales y en el festival, el guiño fue motivo de debate y hasta de polémica: algunos la acusaron de intentar politizar la cita fílmica de la ribera francesa.
La presencia de la actriz en el festival se enmarca en su rol como embajadora de buena voluntad de ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados), con el fin de promover la realización de películas sobre sus historias. De acuerdo ald iario El País, de hecho, en los últimos meses ha participado en actividades afín en Sudán del Sur, Jordania o Niger.
“Cuando empecé, en 2015, había 60 millones de refugiados y personas desplazadas y ahora son 140 millones, es una cifra enorme”, señaló en Cannes. “Es una crisis global, un desafío global, que debería estar en más películas porque el cine es un reflejo de la realidad (…). Las historias de los refugiados no son solo de sus duras experiencias, hablan de su sentido del humor y su resiliencia, no son monolíticas. Hay muchas historias que contar”, contó.
