En junio de 2014, el actor y director Nissim Sharim visitó el estudio de Mentiras Verdaderas de La Red para repasar su larga trayectoria en teatro y televisión, recordar sus glorias, sus derrotas, y los amigos y colegas que conoció en el camino.

Consultado por Jean Philipe Cretton sobre ese ítem, en específico sobre si había alguien con quien había discutido hace 40 años y quisiera reconciliarse, Sharim recordó a Andrés Rillón, su colega en el programa humorístico de TV La Manivela, fallecido tres años después.

“No sé si tengo ganas de recomponer la relación específicamente con él, pero claro, no rechazaría recomponer la relación… Aunque a la primera de cambios que me dijera que Pinochet era un genio, volvería a producirse el quiebre”, comentó Sharim.

“Andrés Rillón era un muy buen amigo”, agregó el actor, y rememoró las veces en que intentaron reconstruir el lazo.

“No fue posible hacerlo porque las sospechas, admito, eran recíprocas. Pero siempre había esa cosa de que ‘tú estás inventando algo para criticar a Pinochet’. Y, ‘sí viejo: si yo pudiera matarlo al Pinochet, lo habría matado en algún momento"”, confesó.

Sobre si se podían superar aquellas diferencias políticas, el actor ejemplificó su respuesta con el asesinato del hijo de su colega en el Teatro Ictus, Roberto Parada, una de las víctimas del “Caso Degollados”.

“No… Es teorética tu inquietud, pero cuando tú viviste los momentos en que degollaron al hijo de tu amigo y compañero Roberto Parada (José Manuel Parada), y viste toda la parafernalia que se produjo en el teatro donde trabajábamos, donde Roberto no quiso suspender la función y dedicársela a su magnífico hijo asesinado vilmente…”, dijo.

“… Es muy difícil recomponer relaciones con quienes aplaudieron esos crímenes, y no fue el único crimen. Yo te cito este porque fue el que viví directamente”, agregó sobre aquella trágica función de “Primavera con una Esquina Rota”, obra que el Teatro Ictus tenía en cartelera aquel 30 de marzo de 1985.

“Estábamos en el mismo escenario en una obra que se anticipaba a la realidad, estaba ocurriendo lo mismo, con la diferencia que aquí (en la obra) ocurría antes que supiéramos. A la mitad de la obra llegó la noticia que estaba ocurriendo eso”, rememoró.