El libro de Pablo Miranda Bown, “Julián Colamar recuerda. Un testimonio atacameño” (primera edición 1997, segunda edición 2019), recoge las conversaciones que hubo entre el arqueólogo y el nortino, en Caspana, durante dos semanas, hace más de 20 años.

Los años transcurridos, dan mayor peso y valor a este “testimonio atacameño” que se va perdiendo…

“Julián Colamar recuerda. Un testimonio atacameño” es un libro que ofrece el notable relato de Julián Colamar (1927), un hombre que empezó a trabajar de niño (“A lo menos a los cinco, seis años, yo ya era un hombre que trabajaba con mis tíos, me llevaban de acompañante para que pastoreara el ganado”), hizo diversas labores para sustentarse, participó y fomentó la recuperación de sus tradiciones, la realización de ritos ancestrales como católicos.

“Se puede creer en Dios y en la Pachamama, claro que sí, porque El creó la Tierra y entonces por qué no podemos ceer en su hija. La Santa Tierra es hija de Dios.” (pp 77)

En este rico relato, se retrata una forma de vida que, en muchos casos, nos parecerá ajena, de otro tiempo.

También había matrimonio a prueba. Por ejemplo, una pareja se conoce y sacan consentimiento de los padres y se juntan. Si el hombre tiene su familia, su padre, su madre, la lleva a su casa, y si no se va a la casa de la mujer. Esto es por un año, era un año, ahora están pasando como veinte años y conviven, pero antes era un año. Después se casaban, por lo general se casaban, tenían que casarse.” (pp 26)

Una vida dura, llena de privaciones

“Ahí ya como pastor me gané los zapatos cuando tenía como quince años, recién tuve ahí zapatos, antes no conocían los pies los zapatos. Me los dieron en pago de mi trabajo, ahí me los gané. Todavía me acuerdo, eran cerrados, con tacones, de mujer, negros, pero eran igual que de hombres.” (pp 26)

“Porque el Satanás es el que está más metido en la riqueza, el supay, porque la tentación para todos es la plata y tenemos que tentarnos porque de ello vivimos, y de eso se vale el supay, que es el dueño y como dueño no quiere entregar la riqueza.” (pp 62)

“Julián Colamar recuerda. Un testimonio atacameño” nos muestra de primera fuente una forma de vivir, de concebir el mundo que afronta la vida en sus precariedades materiales, en las formas de producir y las necesidades humanas de ser parte del universo, de ritos, de fiestas.

“En la fiesta quedan muchachas embarazadas, por eso se dice que quedan del Carnaval, siempre se decía eso, que el Carnaval la ha dejado con niño.” (pp 82)

Un gran libro que nos lleva a otro tiempo, que regala riqueza, pero que dejará en muchos un cierto vacío ante el brillo del mundo actual.

"Julián Colamar recuerda", Ediciones del desierto (c)
“Julián Colamar recuerda”, Ediciones del desierto (c)

“Julián Colamar recuerda. Un testimonio atacameño”
Pablo Miranda Bown
Ediciones del desierto

2019

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