Debido a los cuidados que debe tener, la palmera Sagú (Cycas revoluta) suele cultivarse como planta de interior.
Sin embargo, y a pesar de que para muchos puede tener un aspecto bello y completamente inofensivo, lo cierto es que representa un enorme peligro para nuestras mascotas.
Ésto debido a su composición sumamente tóxica, lo que debe ser considerado al momento de pensar en tener una de estas plantas ya que resultan deliciosas para los perros.
“Muchos dueños de mascotas no saben que esta planta es sumamente tóxica para los perros y gatos”, indicó la doctora Tina Wismer, directora del Animal Poison Control Center (ASPCA), al periódico norteamericano ABC News.
“Una o dos de estas semillas puede ser suficiente para terminar con la vida de un can”, agregó. En efecto, toda la planta y en especial sus semillas contienen una potente toxina llamada cicasina.
En la publicación se menciona el caso de Tiffany Smith, de Carolina del Sur, quién comentó que durante la navidad de 2014, su bulldog de cuatro años murió.
“Nunca supimos que fue lo que le ocurrió”, aseveró la mujer. “El veterinario nos dio todo tipo de respuestas, pero ninguna de ella nos hacía sentido”, sostuvo.
Pero todo se aclaró cuando su nueva mascota llamada Wilbur comenzó a sufrir convulsiones apenas unas horas después de que fuese visto comiendo una de estas plantas. Finalmente logró llevar a tiempo al perro a un profesional, por lo que se salvó.
De acuerdo a cifras de la ASPCA, más de mil 400 perros han resultado envenenados por la palmera Sagú en Estados Unidos durante los últimos 10 años. La misma institución estima una tasa de mortalidad de entre un 50% y un 75% entre los animales que la consumen.
Los síntomas suelen presentarse 12 horas después de la ingestión, los que suelen presentarse a través de vómitos, diarrea, debilidad generalizada y convulsiones.
También puede provocar epistaxis (sangramiento de la nariz) y melena (sangramiento en las fecas).