El presidente Barack Obama calificó el lunes la muerte en un bombardeo de drones estadounidenses del mulá Ajtar Mansur de “etapa importante”, mientras los talibanes debaten quién será el sucesor al frente del movimiento.
“Hemos eliminado al líder de una organización que sigue conspirando y atentando contra estadounidenses y contra las fuerzas de la coalición (internacional)”, afirmó Obama en un comunicado.
El Pentágono justificó el bombardeo del sábado asegurando que el jefe de los talibanes representaba una “amenaza inminente” para las fuerzas de la OTAN”.
Fuentes talibanes confirmaron el domingo a la AFP la muerte del mulá Ajtar Mansur e indicaron que los insurgentes islamistas ya estaban celebrando una “shura” (consejo) para elegir a su sucesor.
La reunión, que se inició el domingo por la noche, prosiguió el lunes en un lugar secreto debido a las amenazas que pesan sobre sus miembros. Se ignora cuándo tomará una decisión.
Según dos fuentes talibanes, el joven mulá Yacub, hijo del mulá Omar, sería el favorito para liderar el movimiento, seguido del exajdunto del mulá Mansur, Sirajudin Haqani. Yacub podría convertirse en el jefe nominal del movimiento y Haqani en su cerebro, según una de las fuentes.
‘Aprovechar la oportunidad’
El mulá Ajtar Mansur lideraba la insurrección islamista desde julio de 2015 tras el anuncio de la muerte de su predecesor, el misterioso molá Omar.
Considerado inicialmente como favorable a las negociaciones de paz con el gobierno afgano, el mulá Mansur, una vez convertido en jefe de los talibanes, rehusó sentarse en la mesa de negociaciones.
Obama afirmó que Mansur se oponía a “comprometerse seriamente a entablar conversaciones de paz y a poner fin a la violencia que se ha cobrado un sinnúmero de vidas de afganos inocentes, hombres, mujeres y niños”.
El mandatario estadounidense, que este lunes inició una visita de tres días a Vietnam, llamó a los talibanes a “aprovechar esta oportunidad para iniciar el proceso de reconciliación con el gobierno afgano, como único camino real para poner fin al conflicto”.
Su muerte es “una etapa importante en nuestros esfuerzos (…) para traer la paz y la prosperidad a Afganistán”, añadió Obama.
Desde enero, Afganistán, China, EE.UU y Pakistán han organizado varias reuniones destinadas a alentar, en vano, a los talibanes a sentarse en la mesa de negociación. El miércoles, Pakistán acogió una nueva ronda de conversaciones internacionales, que terminó sin ningún avance visible.
Inciertas consecuencias
El ataque con dron del sábado que acabó con el jefe talibán parece la mas importante incursión estadounidense en el espacio aéreo paquistaní desde el llevado a cabo contra el jefe de Al Qaida, Osama Bin Laden, en 2011.
Los analistas parecen divididos sobre su impacto en las negociaciones de paz en Afganistán. Algunos consideran que una facción talibana más favorable a las negociaciones podría emerger de la “shura”.
Otros, como el especialista de asuntos de seguridad paquistaníes, Imtiaz Gul, piensan en cambio que el bombardeo asesta “un duro golpe” al proceso de paz.
Además las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán se encuentran en un momento muy delicado tras este inédito ataque en el Baluchistán, provincia oficialmente, hasta ahora, no atacada por los drones.
Pakistán denunció el domingo este ataque del dron estadounidense calificándolo de “violación” de su soberanía. “No debió producirse”, reaccionó el primer ministro paquistaní Nawaz Sharif.
El embajador estadounidense en Pakistán, David Hale, fue convocado el lunes en el ministerio pakistaní de Relaciones Exteriores donde un asistente de Sharif le transmitió que este bombardeo podría tener un “impacto negativo” sobre el proceso de paz afgano, indicaron las autoridades pakistaníes en un comunicado.
Obama, ignorando estas críticas, indicó el lunes que las fuerzas estadounidenses seguirán interviniendo en territorio paquistaní. “Trabajaremos en objetivos comunes con Pakistán, donde se debe impedir que los terroristas que amenazan a nuestros países encuentren refugio” anunció el presidente estadounidense.