Declarar la pobreza como ilegal ese es el objetivo de varias organizaciones sociales del país apoyadas por el obispo de Aysén, Luis Infanti, quien llegó a Los Lagos para hablar del tema, ocasión donde también se refirió a la situación del obispo Juan Barros.

Con visitas programadas al colegio San Mateo, así como a la comunas de Puyehue y San Juan de la Costa, el viaje de Infanti a la provincia no estuvo exento de problemas, pues a poco de iniciarlo desde la zona central, el bus donde viajaba sufrió un desperfecto mecánico, por lo que su arribo se postergó más de una hora.

De todos modos, pudo conversar sobre la temática central de su visita, el “declarar la pobreza como ilegal”, demanda elevada hasta la Organización de Naciones Unidad a través de 12 puntos. A juicio de Infanti, urge tomar medidas al respecto, pues actualmente la pobreza se ha vuelto una “tortura”.

De acuerdo a Infanti, la ilegalidad de la pobreza debe ser materializada a través del cambio en la Constitución, a la cual calificó como “hiriente”, pero también en leyes que permitan terminar con el enriquecimiento de determinados grupos privilegiados, lo cual se traduce en casos como Penta, SQM, Caval, o las colusiones.

El obispo destacó como conclusión que lo que está en contradicción es la actual forma de ejecución del poder, realidad que afecta por sobre todo a la propia Iglesia Católica, por ejemplo en Osorno, donde el obispo designado por El Vaticano, Juan Barros, ha recibido un profundo rechazo al estar vinculado al sacerdote Fernando Karadima.

Una situación lamentable, a juicio de Infanti, pero sobre la cual incluso dio “gracias a Dios” por los efectos que pudiese causar en la propia Iglesia, destacando al menos dos características del conflicto osornino.

Respecto a la solución, Infanti sostuvo que la Conferencia Episcopal ha intentado mediar, incluso él mismo se mostró disponible para hacerlo, sin embargo, remarcó que todo queda en manos del propio cuestionado, el obispo Juan Barros.

Finalmente, el obispo de Aysén reconoció que el problema más allá de Osorno es de todo el país, debiendo la Iglesia a nivel general consultarse nuevamente por los procesos y la ejecución del poder, tal como en la política y el mundo económico.