La Organización de las Naciones Unidas para las Mujeres condenó el jueves la “violencia sexista” contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y pidió que se salvaguarde el Estado de Derecho, en momentos en que una comisión parlamentaria evalúa destituirla del cargo.

“Ninguna discrepancia política o protesta puede abrir margen para justificar la banalización de la violencia de género -práctica patriarcal y misógina que invalida la dignidad humana”, señalaron desde la entidad.

Cientos de miles de brasileños han salido a las calles en las últimas semanas, exigiendo la renuncia de Rousseff, cuyo partido, el PT (Partido de los Trabajadores, izquierda), así como otras agrupaciones políticas y empresarios están envueltos en un megaescándalo de corrupción en torno a la petrolera estatal Petrobras.

En medio de la crisis, un parlamentario involucrado en el caso Petrobras acusó a Rousseff de haber conocido enteramente el esquema de corrupción.

En tanto, el juez a cargo de las investigaciones -venerado por los opositores gracias a su labor para desentrañar el caso- divulgó una conversación telefónica pinchada entre Rousseff y el expresidente Luis Inácio Lula da Silva, este último investigado por presuntamente ocultar bienes.

La presidenta ha negado los cargos en su contra y denunciado un intento de “golpe”.

“ONU Mujeres observa con preocupación el contexto político brasileño y apela públicamente a la salvaguarda del Estado Democrático de Derecho”, agregó el comunicado.

La organización pidió a la sociedad brasileña mantener la serenidad en las manifestaciones.