Centenares de familiares participaron este jueves en la localidad francesa Le Vernet en la ceremonia de homenaje a las 149 víctimas del avión de la compañía alemana Germanwings, estrellado deliberadamente hace un año en los Alpes franceses por un piloto suicida.

Un minuto de silencio a la hora precisa en que se estrelló el aparato, marcó este jueves el inicio de la ceremonia de carácter privado. Antes se leyeron los nombres de cada una de las víctimas.

Entre los 300 familiares presentes en Le Vernet, el pueblo alpino más cercano al lugar de la tragedia, había. muchos provenientes de Alemania y España, lugares desde donde provenían la mayor parte de las víctimas.

La ceremonia continuó con una ofrenda de rosas a los pies de la estela funeraria erigida en la localidad, tras lo cual los familiares se dirigieron al cementerio donde se hallan, en una fosa común, restos no identificados de las víctimas.

En Le Vernet está enterrada sólo una víctima, Milad, un periodista deportivo iraní de 31 años.

Más tarde los familiares que lo desearan debían proceder a la subida del puerto de Mariaud, a 1.561 metros de altitud, para acceder al lugar donde se estrelló el avión.

La parte final del camino es un sendero forestal, en parte cubierto de nieve, y una pista construida por los socorristas para acceder a los restos del aparato. Una estaca roja señala el punto preciso del impacto.

Los familiares de las víctimas, padres, hijos y abuelos, muchos de ellos portando ramos de flores, llegaron al lugar en autobuses prestados por Lufthansa y su filial de bajo costo Germanwings, que contribuyeron a la organización de la ceremonia.

Los presidentes de Lufthansa, Carsten Spohr, y Germanwings, Thomas Winkelmann, estaban presentes en Le Vernet.

“Estamos aquí para mostrar nuestro respeto a las víctimas, que apoyamos a los familiares, incluso un año después”, declaró Carsten Spohr.

Para respetar la intimidad de las familias, los organizadores instalaron sendas tiendas blancas alrededor de la estela funeraria y de la fosa común.

Los cuerpos identificados habían sido entregados a las familias de las víctimas de 19 nacionalidades diferentes, entre las cuales habían 72 alemanes y 50 españoles.

El avión de Germanwings, que había salido de Barcelona rumbo a Dusseldorf, en Alemania, fue estrellado por el copiloto alemán Andreas Lubitz, tras encerrarse en la cabina para poder cometer su acto suicida.

En el avión viajaban 150 personas, 144 pasajeros y seis tripulantes, entre ellos el copiloto, cuya familia no participó en la ceremonia.

La ceremonias en recuerdo de las víctimas comenzaron el miércoles en Barcelona, Düsseldorf y Marsella, en el sur de Francia.

El jueves por la mañana, los habitantes de Haltern am See, una localidad al oeste de Alemania, realizaron un minuto de silencio en memoria de 16 estudiantes secundarios y dos profesores muertos en la tragedia.

Esos jóvenes del Joseph-König volvían de un intercambio escolar en la localidad de Llinars del Vallès, cerca de Barcelona.

La investigaciones posteriores a la tragedia, concluyeron que el piloto Andreas Lubitz tenía un historial de depresión y tendencias suicidas.

Después de la tragedia, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA) recomendó que sea obligatoria la presencia permanente en la cabina de mando del avión de al menos dos tripulantes, uno de ellos piloto.

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