“Volveremos a levantarnos, porque nuestra fuerza nace de la adversidad y nunca nada nos ha sido fácil”. Estas palabras son parte de la declaración con la que Pablo Longueira puso fin a su militancia a la Unión Demócrata Independiente en la tarde de este miércoles.

Con esto, el histórico militante del gremialismo busca aplacar los ánimos a raíz de las constantes críticas en su contra en las últimas semanas. Los aportes que habría recibido desde SQM y su controvertido vínculo con el ex gerente general Patricio Contesse son situaciones que han rematado la reputación de la UDI, golpeada duramente por los casos de financiamiento ilegal a la política.

La falta de renovación y de una definición clara en torno a los cuestionamientos a sus militantes y dirigentes históricos amenazan con seguir menoscabando al partido, que dedica por estos días sus energías a las próximas elecciones municipales.

El comienzo: Penta

El escándalo gatillado por los fondos que entregó Empresas Penta a campañas políticas marcó el inicio de la debacle para el partido fundado en 1983. La indagatoria partió con el denominado caso Fraude al FUT, el mecanismo derivado de una falla informática en el sistema del Servicio de Impuestos Internos, con la cual se logró entregar devoluciones de impuestos fraudulentas a 122 contribuyentes.

Entre estos contribuyentes se encontraba Penta. Hugo Bravo, quien fuera director del holding, al ser interrogado por la Fiscalía reveló cómo la empresa efectuó aportes, principalmente a la UDI, que esquivaban las limitaciones de la ley electoral.

Con los controladores de Penta en la mira, Carlos Lavín y Carlos Délano, el escándalo no demoró en impactar al corazón del gremialismo. Délano es reconocido por los aportes que gestionó hacia figuras de la oposición, y la indagatoria reveló cómo se emplearon boletas y facturas por servicios no prestados para encubrir el financiamiento a las campañas.

Hasta el momento, el único militante que ha sido condenado por el caso es Jovino Novoa, quien recibió tres años de pena remitida por delitos tributarios.

SQM y los aportes transversales

Como si no bastara el desprestigio que creó para el partido el caso Penta, el destape del financiamiento que dio SQM a prácticamente todo el espectro político sepultó las esperanzas del partido de evadir la crítica pública.

Si bien los aportes de la compañía que estuvo encabezada por el ex yerno de Augusto Pinochet, Julio Ponce Lerou, se entregaron tanto a candidatos y dirigentes de izquierda y derecha, la mayor parte de los pagos se concentró en la UDI.

En la investigación se estableció que el ex subsecretario de Minería, Pablo Wagner, quien ya estaba cuestionado por las platas del caso Penta, también percibió dineros desde SQM mientras desempeñaba su cargo en el gobierno de Sebastián Piñera.

El factor Longueira

Hugo Bravo, ex director de Empresas Penta, detalló cómo los controladores del grupo decidieron entregar financiamiento a la campaña de primarias de Pablo Longueira, cuando éste desplegaba su candidatura presidencial y competía con Andrés Allamand por representar a la Alianza. Esto, luego de la escandalosa bajada del ex ministro Laurence Golborne, que abandonó el cupo de la UDI luego que se revelara que mantenía depósitos en un paraíso fiscal.

Asimismo, también se descubrió una “red” de personas cercanas a Longueira que emitieron boletas a SQM por más de 730 millones de pesos entre 2009 y 2014 por servicios que no fueron prestados.

El dinero que incluso se gestionó mientras Pablo Longueira era ministro no es lo único que lo complica. A los cuestionamientos se suma el detalle del contenido de los correos que intercambió con el ex gerente de SQM, Patricio Contesse.

En uno de los correos, Longueira remitió a Contesse el borrador del protocolo de acuerdo con el que se logró aprobar la reforma tributaria en el Congreso, tras un largo tiempo de negociación. El documento se lo filtró un día antes de que fuera firmado.

Pero lo que más se ha criticado son los correos relativos a la discusión del proyecto de royalty para la gran minería en 2010, que promovió el gobierno de Piñera y finalmente se convirtió en ley, mientras Longueira era senador.

Al respecto, Ciper reveló que el texto que envió Patricio Contesse a Pablo Longueira el 5 de agosto de ese año “es prácticamente igual al que el gobierno ingresó casi un mes después“. La “propuesta” del ex gerente general de SQM buscaba que las mineras de capitales nacionales pudieran acceder a la invariabilidad tributaria, lo que no estaba contemplado en el borrador del proyecto del Gobierno que Longueira había mandado a Contesse.

De ese modo, se ha indicado que esta modificación, que reportó un gran beneficio a SQM, salió desde la misma minera.

Ley de Pesca y los pagos de Corpesca

Sin dar un respiro a la UDI, el caso Corpesca también salpicó al partido completo por la participación del senador Jaime Orpis y la ex diputada Marta Isasi en este escándalo. El Ministerio Público indaga los dineros que la compañía del Grupo Angelini entregó a ambos parlamentarios, que tuvieron un rol fundamental en la tramitación de la Ley de Pesca impulsada por la administración Piñera.

Respecto a Isasi, se investiga la transferencia de $25 millones desde Corpesca, mientras que en el caso de Orpis la suma ascendería a $264 millones entre 2009 y 2013 a través de boletas ideológicamente falsas.

Luego de admitir el financiamiento, el senador Orpis presentó la renuncia a su militancia en la UDI.

¿Qué pasa con los acusados?

Desde la UDI han señalado que todas sus energías están volcadas a las elecciones municipales de este año, sin dar espacio a las acusaciones contra sus militantes. Teniendo en cuenta que ya existe una sentencia firme contra Jovino Novoa, al gremialismo le ha pesado no pronunciarse ni condenar las acciones de su ex presidente.

Por el momento, los únicos que han admitido plena responsabilidad en los casos de financiamiento ilegal son Iván Moreira y Jaime Orpis, y solo este último ha decidido abandonar su militancia. Ena von Baer, cuestionada por el caso Penta, solo apuntó a que su participación se produjo por “un error involuntario“.

La renovación pendiente

Distintas voces dentro de la UDI han coincidido en que es necesaria una renovación de su dirigencia. Una esperanza para entregar nuevos aires a la mesa directiva era la posibilidad de que Jaime Bellolio postulara a la presidencia para las elecciones internas del partido en mayo.

Sin embargo, el diputado finalmente declinó seguir esta vía, ya que no existiría consenso para condenar los casos de financiamiento irregular de la política, entre otros aspectos.

La opción que más suena por estos días es prorrogar la permanencia del senador Hernán Larraín a la cabeza del gremialismo hasta noviembre.