Acercándonos al verano muchas personas tienen un solo objetivo: bajar de peso rápidamente. Ante esto, se someten a dietas que están de moda y que a veces resultan peligrosas. Cómo reconocerlas y por qué evitarlas.

Hay un dicho que dice “la moda no incomoda” pero en nutrición esta sí que puede incomodar. Tanto así, que hasta puede llegar a enfermar. Por lo mismo, la nutrióloga Ximena Muñoz, miembro del comité ejecutivo de Coalición Mover, hace frente al tema de las dietas milagrosas, la alimentación de ensueño y a la promesa de que sin mayor esfuerzo se puede esperar hasta el último momento para “ponerse las pilas”.

Para la doctora especialista en nutrición, “la alimentación no es una moda, sino que sinónimo de salud y es importante que las personas cuiden de ésta durante su ciclo de vida completo. Esto se traduce en una alimentación balanceada apoyada por un plan de actividad física diario”.

Llegando el verano, los gimnasios tienen un aumento de público aproximado de un 50% y junto con ello la tendencia es a someterse a dietas extremas para lograr bajar esos kilitos de más en corto tiempo. Pero, no hay que dejarse engañar: sólo prometen belleza a cambio de salud.

¿Cómo detectar una dieta de moda?

“En general, estas dietas prometen una rápida baja de peso, eliminan un grupo de alimentos esenciales para nuestro cuerpo, sugieren una nutrición calóricamente muy baja, prometen perder específicas cantidades de kilos y no se pueden mantener en el tiempo por lo peligrosas que son”.

“Las dietas no deberían suprimir grupos de alimentos básicos como lo son los hidratos de carbono, por ejemplo, ya que éstos son la mejor fuente de energía para el organismo. Tampoco se puede clasificar a ciertas comidas como buenas o malas. La clave es tener una dieta balanceada y medirse en las porciones”, dice Muñoz.

También es importante la elección de los alimentos; no todo lo que se “ve” light, lo es. Por ejemplo, la ensalada César es muy calórica por el aderezo y los crutones que contiene. Ambos pueden sumar más calorías que toda la ensalada. Lo mismo pasa con el pescado, si se fríe se adhieren todas las calorías que tiene el aceite.

También los frutos secos o carnosos (como el maní y la palta), en exceso, aportan mayor energía al plato.

“En nutrición, la dieta no debe ser una moda, tiene que ser un pilar básico para el cuidado de nuestra salud. Mantener un estilo de vida saludable que incorpore actividad física durante todo el año evitará estar a última hora restringiendo alimentos”, sentencia Muñoz.

Si bien al principio puede que este tipo de dietas evidencien un cambio favorable en la baja de peso y el involucrado crea que la dieta funciona; el peso perdido en una dieta restrictiva y sin planificación nutricional, es a expensas de masa muscular y agua corporal.

Es por ello que una vez que se retomen los antiguos hábitos alimenticios vendrá el temido “efecto rebote”, puesto que la grasa sigue estando acumulada. De este modo con el tiempo se hará cada vez más difícil lograr un peso adecuado, puesto que las dietas desequilibran los balances hormonales para el control del peso.