Miles de palestinos marcharon el lunes hasta el cementerio de Duma, en Cisjordania, para enterrar a Riham Dawabcheh, que murió después de su hijo y de su marido por las heridas que sufrió en un incendio imputado a extremistas judíos.

“¡Israel, Estado terrorista!”, gritaba la multitud, que avanzaba ondeando banderas palestinas y llevando en brazos el cuerpo de Riham Dawabcheh, envuelto con los colores negro, blanco, verde y rojo, desde la pequeña escuela del pueblo hasta el cementerio.

Riham Dawabcheh, que sufrió quemaduras de tercer grado en el 80% de su cuerpo, falleció la madrugada del lunes poco después de medianoche en el hospital Sheba, en los suburbios de Tel Aviv, cinco semanas después del incendio de su vivienda en Duma, indicó el hospital.

La mujer, que era profesora, había cumplido 27 años el domingo. Las autoridades palestinas decretaron tres días de “duelo nacional” y ordenaron que las banderas ondeen a media asta.

De la familia palestina, integrada por cuatro personas, solo el pequeño Ahmed, de 4 años, con quemaduras graves, sigue aún en vida, hospitalizado en Sheba.

“Su estado ha mejorado”, dijo una portavoz del hospital, “pero aún debe someterse a varias operaciones (…) tras lo cual podremos decir con certeza que su vida ya no corre peligro”.

Antes de su madre, su hermano de 18 meses, Alí, murió quemado vivo en el incendio del 31 de julio. Su padre, Saad Dawabcheh, de 32 años, pereció ocho días después.

La familia estaba durmiendo cuando unos enmascarados arrojaron artefactos incendiarios por las ventanas de la casa, que estaban abiertas por el calor.

Condolencias de Netanyahu

Los mensajes inscritos en la vivienda por los atacantes y varios testimonios permitieron identificar rápidamente a los responsables como extremistas judíos, que posiblemente vinieron de colonias vecinas.

Las colonias, asentamientos edificados por Israel en la Cisjordania ocupada, son consideradas ilegales por la comunidad internacional.

El caso de Duma levantó indignación pero también temor en Cisjordania, donde la cohabitación entre palestinos y colonos es muy tensa y ha llevado incluso a los palestinos a organizar rondas para protegerse.

También puso en evidencia las acciones violentas de los extremistas judíos y levantó críticas contra las autoridades israelíes, acusadas de actuar con mayor rapidez contra la violencia palestina que contra la judía.

Una adolescente había sido apuñalada por un ultraortodoxo judío la víspera del incendio de Duma, durante una marcha por el Orgullo Gay en Jerusalén.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reiteró el lunes que consideraba el siniestro criminal como un “acto terrorista”, un término que generalmente utiliza para los actos palestinos.

Asimismo, volvió a dar sus condolencias a los familiares de las víctimas y aseguró que “las fuerzas de seguridad hacen todo lo posible para detener a los agresores y llevarlos ante la justicia”.

Pese al ruido que causó este caso, los autores no han sido aún identificados públicamente.

El gobierno tomó la medida excepcional de autorizar la detención administrativa de varios extremistas judíos. Tres activistas fueron detenidos bajo este régimen extrajudicial, que permite detener a sospechosos, sin que sean inculpados, por un lapso ilimitado, y que habitualmente se aplica a los palestinos. Otros diez están en detención domiciliaria.

Censura

Los servicios de seguridad sospechan que están vinculados a organizaciones o a actos terroristas pero no han indicado si algunos de ellos están directamente implicados en el incendio de Duma.

Solicitada de nuevo por la AFP el lunes, la seguridad interior (Shin Beth) se negó a responder, invocando la censura impuesta a las investigaciones.

La policía anunció el lunes que dos activistas fueron inculpados por el incendio de una carpa de beduinos en agosto en Cisjordania.

A estos activistas se los asocia por lo general con un movimiento radical que no solo ataca a los palestinos, sino también a los cristianos, a los árabes israelíes e incluso a los soldados israelíes.

Sus motivaciones van desde la creación de una gran Israel gobernada por la Torá (que incluiría a los territorios palestinos) al rechazo de la “idolatría” cristiana, pasando por el racismo y la defensa del colonialismo.

“Ha pasado más de un mes, y seguimos esperando que el gobierno israelí lleve a los terroristas ante la justicia”, declaró Saeb Erakat, cercano al presidente palestino Mahmud Abas.

El enviado de la ONU Nickolay Mladenov expresó su preocupación ante la “falta de progresos” en la investigación.

Por su parte el Hamas llamó a los movimientos palestinos y a su brazo armado “a responder con fuerza y determinación” al “terrorismo de los colonos apoyados por el ocupante” israelí.