El presidente venezolano Nicolás Maduro, de visita en China, informó que Pekín otorgó a su gobierno un préstamo por 5.000 millones de dólares para estimular la producción petrolera, informó este miércoles el servicio de prensa oficial.

“Se ha firmado un programa especial para un préstamo de 5.000 millones de dólares estadounidenses para elevar la producción petrolera de manera progresiva en los próximos meses”, dijo Maduro en su programa televisivo transmitido por el canal estatal.

El presidente venezolano, que partió el pasado sábado a Vietnam y China a buscar apoyo financiero en “momentos difíciles”, agregó que se firmó un “plan de desarrollo conjunto” que se extenderá hasta el año 2025.

Venezuela también firmó convenios para estimular la minería aurífera en su territorio y negociar “proyectos conjuntos en los campos de reconexión de pozos petroleros y servicios asociados a la producción de crudos”.

El pasado abril, Venezuela recibió de China financiamiento para el desarrollo por 5.000 millones de dólares como parte de un paquete de préstamos que negocian ambas naciones.

En enero, durante una visita a Pekín, Maduro aseguró haber “redondeado más de 20.000 millones de dólares en inversiones” con China, a la que solicitó ayuda para paliar las consecuencias de la caída del precio del crudo.

Desde comienzos de 2015, el petróleo venezolano se había recuperado parcialmente de la caída sufrida a partir de mediados de 2014. Pero a principios de junio, volvió a adoptar una pendiente negativa y desde entonces ha perdido 36% de su valor, cerrando el pasado viernes a 36,48 dólares por barril.

En 2014, la petrolera estatal Pdvsa, motor de la economía venezolana, sufrió una caída de su producción de 4% y pasó de 2,89 a 2,78 millones de barriles por día, mientras que las exportaciones retrocedieron 2,8%, de 2,42 a 2,35 millones de barriles diarios.

Venezuela, que obtiene 96% de sus divisas de las exportaciones de hidrocarburos, padece desde finales de 2012 una sequía de ese rubro que ha agudizado y causado la acumulación de deudas comerciales por miles de millones de dólares con proveedores y empresas transnacionales en sectores como alimentos, medicinas, aerolíneas y ensambladoras de autos.

Esto ha desatado una severa crisis de abastecimiento, con la escasez de productos básicos como alimentos y medicinas, por falta de divisas para importar, y ha alimentado la inflación, que en 2014 fue de 68,5%, la última cifra suministrada por el Banco Central.