Dirigentes del sindicato número 2 de Huachipato acudieron a la sede regional de la UDI para exponer la compleja situación que vive la empresa y que creen podría mejorar en parte con tres medidas que van a proponer al gobierno.
En el sindicato número 2 que acoge a cerca de 700 empleados, reconocen que CAP Acero ha llevado a cabo todos los ajustes necesarios, pero que especialmente el asunto del precio de la energía es lo más complejo.
El contrato a cinco años con Endesa expira este año y las negociaciones no han terminado en buen pie por un aumento de 40% en el valor que plantea la generadora y que la industria a acero no puede costear.
Frente a este escenario, los trabajadores creen que se debe solicitar al gobierno que costee el diferencial de este valor hasta que la empresa vuelva a tener números azules y esté en condiciones de devolverlo.
En Huachipato trabajan actualmente 1.005 empleados de planta y 1.400 contratistas, por cuya estabilidad el presidente del sindicato 2, Pedro Gutiérrez, asegura pelearán hasta el final.
La senadora de la UDI, Jaqueline van Rysselbergue, apoya la idea de crear una especie de frente regional para presionar al gobierno central con medidas de emergencia que son razonables en una zona donde la industrialización está cada vez más golpeada.
Una tercera medida de este plan que proponen es que se aplique al acero chino los mismos impuestos y la misma legislación laboral nacional, para poder competir en igualdad de condiciones con un producto que en el mercado se presenta más barato.
Este miércoles se constituirá nuevamente en la planta en Talcahuano una mesa de trabajo encabezada por el intendente que ha estado siguiendo de cerca la alicaída situación de Huachipato, que en los últimos años y ante la dura realidad ha prescindido de un millar de trabajadores.