Un conflicto por la propiedad de un terreno donde se invertirán más de 700 millones de pesos del Gobierno Regional en La Calera, mantiene en pugna a la Municipalidad y a un club deportivo, ya que son más de 6 mil metros cuadrados los que los dirigentes aseguran que les fueron usurpados durante la Dictadura e inscritos a nombre del municipio. Si bien tienen el testamento original y los documentos que acreditan la pertenencia, acusan que ninguna administración municipal ha reivindicado las tierras y ahora temen ser despojados definitivamente del terreno.

Más de 700 millones de pesos invertirá el Gobierno Regional en el mejoramiento de un recinto deportivo ubicado en la localidad de Artificio en la ciudad de La Calera, obras que mantienen a las autoridades locales y a los vecinos, esperanzados y satisfechos después de años de lucha por remodelar el sector.

De acuerdo al alcalde de La Calera, Eduardo Martínez, el proyecto no sólo beneficiará a la comunidad de “Artificio”, sino a todo el deporte amateur.

Si bien el terreno está inscrito a nombre del municipio calerano, por años los dirigentes han insistido en que ese sector es propiedad del Club Deportivo Pueblo Nuevo y no de la Municipalidad.

El origen

La historia se remonta a 1907, cuando el empresario Linconl Huici le vendió a la Compañía Funch y Plath el Fundo El Olivo que comprendía partes de tierra denominadas sub delegación de los Nogales Nº15, conocido actualmente como Artificio, en ese lugar además se ubicaba la Compañía Cervecera Funch. ( Ver documento aquí)

Luego en 1910 la Compañía Cervecera Calera, de propiedad de Federico Weidenslaufer, adquiere la fabrica de Funch, los terrenos, servidumbres y derechos de agua correspondientes a 320 mil metros cuadrados, incluyendo la sub delegación Nº 15 (Artificio). ( Ver documento aquí)

El testamento perdido

En 1911 Federico Weidenslaufer donó al Club Deportivo Pueblo Nuevo un paño de terreno de 6.756 metros cuadrados en el denominado Parque Los Olivos.

El Testamento, al que tuvo acceso Radio Bío Bío, reza textual “no teniendo como herederos forzosos, incluyo como mis únicos herederos a socios y dirigentes del club deportivo Pueblo Nuevo. Me han proporcionado lealtad y confianza y todo tipo de ayuda.” (Ver foto testamento 1 y foto testamento 2)

Paralelo a ese testamento, que podría impugnarse por cualquier razon atendible en la época, se realizó además una donación firmada ante notario con fecha 06 de septiembre de 1911, donde se consolida el traspaso del terreno al Club Deportivo. (Ver documento aquí)

En 1916 el Fundo Los Olivos, donde se encontraba el retazo de terreno del Club Deportivo, fue vendido en su totalidad a la Compañía de Cervecerías Unidas. Pasaron varios años y la CCU de la época, en 1934, donó al municipio de Nogales varios terrenos para construccion de calles, parques y plazas en la Población Los Olivos. (Ver documento aquí)

La inscripción a nombre de la Municipalidad

En noviembre de 1967, otro club deportivo solicitó al municipio de Nogales hacer uso de esos terrenos y en respuesta el alcalde Carlos Vásquez indicó que no se puede acceder a la petición porque el propietario legitimo es Pueblo Nuevo. (Ver documento aquí)

En 1973 el mismo alcalde de Nogales ratifica a los dirigentes del Club Deportivo Pueblo Nuevo, a través de un documento, la validez y existencia del mencionado Testamento, ya que había inquietud entre los vecinos por la posibilidad de perder sus tierras.

Así llega 1983, cuando bajo la Dictadura se reorganiza el territorio nacional y por escritura pública se traspasan los terrenos desde la Municipalidad de Nogales a la Municipalidad de La Calera, incluyendo el paño perteneciente al Club Deportivo.

Según los dirigentes, nunca supieron que junto con el traspaso del terreno de un municipio a otro, también se habían inscrito sus tierras a nombre de La Calera.

Posteriormente en 1998 se reinscriben los terrenos a nombre del municipio de La Calera, también sin que los dirigentes se enteraran de tal situación. (Ver documento aquí)

Municipalidad de La Calera

Durante años los documentos que acreditaban la pertenencia de las tierras al Club Deportivo estuvieron extraviados, hasta que un grupo de vecinos logró recuperar cada uno de ellos, donde se ratifica que el terreno si bien desde el punto de vista legal le pertenece al municipio y esta inscrito a su nombre, moralmente -dicen los dirgentes- debe ser devuelto al Club Deportivo

El alcalde Eduardo Martínez aseguró que hasta lo que él conoce esos terrenos son propiedad del municipio, ya que de no ser así y debidamente acreditado en el Conservador de Bienes Raices, el proyecto no podría haberse aprobado.

El jefe comunal dijo desconocer la historia de los terrenos y llamó a quienes tengan dudas a investigar.

Precisamente eso fue lo que hicieron los dirigentes, hurgaron en la historia y encontraron esta serie serie de documentos que acreditan que esos terrenos fueron del Club Deportivo y que por alguna razón el Estado se apropió de ellos a espaldas de la comunidad, como quizás ocurrió con muchas propiedades de la época.

Sin embargo y según recuerda Julio Cesar Torres, vecino ligado por décadas al Club Deportivo Pueblo Nuevo, él mismo -al retorno de la democracia- le entregó a las autoridades de la época una copia de los documentos que avalaban la pertenencia del terreno al Club Deportivo.

Torres afirma que todos los alcaldes -Gonzalo Lizasoain, Héctor Aballay, Roberto Chahuán y el actual jefe comunal Eduardo Martínez- sabían que existían estos documentos

La misma opinión tiene el actual presidente del Club Deportivo, Luis Felipe Leiva, quien asegura que el alcalde Martínez siempre ha estado al tanto de la situación, incluso desde que fue concejal.

Es más, el dirigente afirma que el mismo jefe comunal les informó que una vez adjudicado el proyecto, el Club Deportivo tendría un 30 por ciento de participación para las decisiones respecto del terreno.

Sin embargo, dice Leiva, esta situación es la que rechazan porque incluso temen ser desalojados de su propio terreno.

La solución moral

¿Pero cuál es la solución entonces? El consejero regional Manuel Millones reconoce que ante la existencia de estos documentos, queda de manifiesto que aquí hubo una situación anómala, donde se desconoció la voluntad del testador original, por lo tanto lo que queda es apelar a la buena voluntad del municipio para que se reconozca la pertenencia del polémico terreno como parte del patrimonio del Club Deportivo.

Millones agregó que para ello se pueden utilizar varias figuras, como el comodato o una sesión gratuita. Lo que puede asegurar al Club Deportivo que no serán desalojados a futuro.

Desde el punto del vista del Consejo Regional se debe propiciar y actuar como garantes para que esto ocurra, dijo.

Se debe consignar que los dirigentes consultados afirmaron que la intención no es detener la inversión millonaria, sino que se reconozca por parte del Estado -como organismo mandante en la época- que la inscripción de los terrenos fue hecha a espaldas de la comunidad y que finalmente se les terminó privando de un bien legítimamente adquirido y por el cual no han recibido tampoco ningún beneficio.

Peor aún, sin saber si a futuro -si no se reconoce su pertenencia- puedan despojarlos definitivamente de un bien que reiteran, les corresponde por derecho.

En el fondo los dirigentes quieren que se les devuelva el terreno, que se reinscriba a nombre del Club o al menos se les de seguridad -a través de algún documento- de que no serán expulsados una vez que la millonaria inversión comience a ejecutarse.