El presidente de Ecuador, Rafael Correa, calificó el sábado de “intento de desestabilización” a la acusación contra su homóloga de Argentina, Cristina Fernández, de presuntamente encubrir a ex funcionarios iraníes sospechosos de un atentado antisemita en 1994.
“Es otro capítulo de la restauración conservadora que ahora utiliza hasta las instancias jurídicas para tratar de desestabilizar a los gobiernos progresistas de nuestra América”, expresó el mandatario durante su informe semanal de labores.
Agregó: “Todo nuestro apoyo y nuestro corazón con Cristina, que enfrenta un nuevo intento de desestabilización”.
Kirchner, el canciller Héctor Timmerman y otros allegados al gobierno argentino fueron acusados el viernes por la Fiscalía de “los delitos de encubrimiento por favorecimiento personal agravado, impedimento o estorbo del acto funcional e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
El caso en el que fue imputada la presidenta argentina se remonta a julio de 1994, cuando desconocidos volaron con explosivos la mutual judeo-argentina AMIA en Buenos Aires con saldo de 85 muertos y 300 heridos, el atentado más grave en la historia argentina que lleva más de 20 años en la impunidad.
La imputación avala la denuncia del fiscal argentino Alberto Nisman, quien apareció muerto el 18 de enero en su apartamento con un disparo en la cabeza y en su mano derecha una pistola pedida a un colaborador, y que apenas cuatro días antes había acusado a Kirchner de encubrir a los iraníes.
El gobierno argentino ha manifestado que la denuncia es un intento de “golpismo judicial”.
“Toda nuestra confianza en Cristina Fernández de Kirchner”, enfatizó Correa.