El viceprimer ministro turco, Bulent Arinç, afirmó que “una mujer no debe reír de forma fuerte en público”, levantando una polémica en Turquía, un país en donde la mayoría de la población es musulmana pero el Estado es laico.
“El hombre debe ser moral, la mujer también, debe saber lo que es casto y lo que no lo es”, dijo el lunes Arinç, un miembro influyente del gobierno islamo-conservador, durante una visita a Bursa (noroeste), informó la prensa.
La mujer “no debe reír de forma fuerte en público, debe conservar su castidad en todo momento”, añadió Arinç, quien es también portavoz del gobierno.
Esta última frase provocó una avalancha de reacciones, en su mayoría de indignación, en las redes sociales, donde los internautas denuncian la intromisión “cada día más flagrante” del régimen turco en el ámbito privado.
“Dejen de darnos lecciones de moral, en lugar de ello rindan cuentas sobre el dinero que nos han robado”, opinaba un usuario de Twitter, btürkmen, haciendo alusión a las sospechas de corrupción contra el primer ministro Recep Tayyip Erdogan y sus allegados.
La polémica declaración del viceprimer ministro, que en el pasado se ha ilustrado ya por sus consejos a favor de una vida casta, como dicta el Corán, tuvo también repercusiones políticas.
A unos días del inicio de las elecciones presidenciales del 10 al 24 de agosto, que se celebrarán por primera vez por sufragio universal, el candidato de la oposición, Ekmeleddin Ihsanoglu también reaccionó.
“Necesitamos escuchar la risa alegre de las mujeres”, escribió Ihsanoglu, principal rival de Erdogan a la presidencia, en Twitter.