Más de 50.000 niños en Sudán del Sur están en riesgo de muerte por enfermedades y hambruna, advirtió la ONU y pidió casi 1.000 millones de dólares para ayudar a las víctimas de la guerra civil que comenzó hace seis meses.
En el conflicto han muerto ya miles de personas, hay 1,5 millones de desplazados y las ONG advierten del riesgo de hambruna.
“Las consecuencias pueden ser dramáticas: 50.000 niños pueden morir en un año si no consiguen asistencia”, dijo el responsable de la ONU para Sudán del Sur, Toby Lanzer, en el lanzamiento del plan de ayuda a 3,8 millones de personas “afectadas por el hambre, la violencia y las enfermedades”.
El presidente Salva Kiir y Riek Machar se comprometieron de nuevo esta semana a establecer un alto el fuego, aunque los dos anteriores se rompieron en cuestión de horas. Los analistas se muestran escépticos de que realmente quieran acabar el conflicto con una negociación y creen que siguen confiando en ganar por la vía bélica.
“Aunque el alto el fuego sea permanente, el conflicto ha afectado ya a millones de personas”, dijo Lanzer y añadió que las agencias de ayuda necesitan al menos 740 millones de euros.
“Ahora que han empezado las lluvias, las condiciones en Sudan del Sur se están deteriorando cada día. La gente está viviendo literalmente en el barro”, añadió Lanzer.
“Ha aparecido el cólera, la malaria y los niños están malnutridos. Millones de persona necesitan urgentemente asistencia sanitaria, comida, agua potable, instalaciones sanitarias y un techo para vivir el resto del año”, dijo el representante de la ONU.