Apasionado, contundente y exhaustivo es el recorrido que el crítico literario Camilo Marks hace por la historia de la novela policial, en su obra ‘Biografía del crimen, que presenta Ediciones UDP.

 

Marks confiesa en la primera página de este libro, su relación viciosa con la novela policial la que  no ha podido dejar de leer “ni un solo día”. A través de su propia historia Marks nombra y describe a los grandes maestros del asesinato y sus obras, desde Agatha Christie a Stieg Larsson.

 

A casi dos siglos de su irrupción, la novela policial continúa siendo la más popular de las expresiones literarias, por cuanto sigue ofreciendo entretención de primera clase y calidad estilística superior. A partir de ese convencimiento, Camilo Marks configura aquí una personalísima cartografía de esa forma narrativa, la que, gracias a su habilidad para reinventarse sin cesar, hoy no sólo tiene más lectores que nunca, sino que además logra retratar cada vez con mayor precisión a la sociedad, de una manera comprometida, vibrante y totalizadora. Este ensayo es, pues, un exhaustivo recorrido cronológico por la historia del relato negro, desde Arthur Conan Doyle y Agatha Christie hasta los autores nórdicos que han revolucionado el género, y, al mismo tiempo, constituye un audaz intento por penetrar su esencia y proponer una mirada entusiasta –sin miedo a la arbitrariedad o al fanatismo de lector– en torno a eso que George Orwell llamó “el delito único”, es decir, el asesinato.

 

De ese modo, Marks traza, desde luego, un contundente panorama literario, pero también se interna en asuntos más complejos y misteriosos: ¿por qué las historias de crímenes sólo pueden ser bien contadas desde su propio género?, ¿por qué las escritoras han demostrado ahí un talento, e incluso un genio, superior al de sus colegas hombres?, ¿por qué, si ya han desaparecido tantas manifestaciones de cultura masiva, la novela detectivesca tiene más y más adeptos? Como en las tramas policíacas, esas preguntas llevan, antes que a una respuesta, a un viaje, en este caso por los insondables laberintos del crimen.